MADRID.- España cerró
2015 con un desequilibrio fiscal muy superior al previsto que obligará a
cualquier próximo Ejecutivo a someterse a la disciplina de Bruselas.
Según datos publicados el jueves, el déficit público en
2015 se situó en 55.755 millones de euros, un 5,16 por ciento del PIB,
casi un punto más que el objetivo fijado por la Comisión Europea, que no
se mostró del todo sorprendida por lo elevado de la cifra.
La cifra distorsiona las proyecciones para ejercicios
sucesivos y probablemente obligará a negociar una flexibilización con
Bruselas para el ejercicio en curso.
El ministro de Hacienda en funciones, Cristóbal
Montoro, que hasta hace poco defendía que se estaría cerca de la meta
del 4,2 por ciento, culpó del desfase a las Comunidades Autónomas.
La Comisión Europea, que lleva meses expresando sus
dudas sobre la capacidad del país de cuadrar las cifras tanto en 2015
como en 2016 y advirtiendo sobre acciones disciplinarias, volvió a
instar a tomar nuevas medidas en un momento de bloqueo político que
impide decisiones presupuestarias.
Montoro anunció en rueda de prensa que comprometerá con
Bruselas la aplicación de un mayor control sobre las finanzas de las
Comunidades Autónomas, que cerraron con un déficit del 1,66 por ciento
del PIB frente al 0,7 por ciento previsto.
Catorce de las 17 regiones superaron en 2015 la meta
del 0,7 por ciento, con cuatro de ellas superando el nivel del 2,5 por
ciento. Cataluña (2,7%) y Comunidad Valenciana (2,51%) se llevan más de
la mitad de la desviación, según destacó Montoro.
Aunque mostró su preocupación por las cifras y recordó
que Bruselas ya había anticipado un desfase, el Comisario europeo de
Asuntos Económicos, Pierre Moscovisi, aplaudió las medidas de un mayor
control regional para reducir el desfase.
Montoro dijo que el gobierno central aplicará
estrictamente la ley de estabilidad presupuestaria, obligando entre
otras cosas a las regiones incumplidoras a utilizar su parte de los
10.000 millones de euros que recibirán este año del Estado para reducir
el déficit, sin que puedan incurrir en nuevo gasto.
Aunque Montoro puso el foco en las cuentas de las
regiones, muchas de las cuales han dejado de ser gobernadas por el
Partido Popular tras las últimas elecciones autonómicas, la Seguridad
Social también disparó su déficit en 2015, hasta el 1,26 por ciento del
PIB, el doble del 0,6 por ciento comprometido.
"Como resultado del desfase fiscal de 2015 y los
retrasos en la formación de gobierno,, ahora esperamos una desviación
fiscal significativa en 2016", dijeron analistas de Barclays, que
proyectan déficit del 3,8 por ciento del PIB.
Desde París, el ministro de Economía en funciones, Luis
de Guindos, dijo que ya había comentado la desviación tanto con
representantes de agencias de rating como con directivos de la Comisión
Europea y señaló que lo importante para España es mantener el
diferencial de crecimiento y conseguir un gobierno comprometido con la
reducción del déficit.
Guindos, que dijo que las proyecciones apuntan a una
ligera desaceleración del PIB hasta el entorno del 0,7 por ciento en el
primer trimestre, sugirió que habrá que negociar nuevos objetivos de
consolidación con Bruselas a la vista del mayor quebranto registrado en
2015.
Teniendo en cuenta las cifras definitivas de 2015 y su
proyección sobre las cuentas de 2016, Guindos dijo que "se abre un
periodo de interlocución con la Comisión Europea".
Todas las formaciones políticas, incluyendo el
gobernante PP, han admitido que sería o podría ser necesario negociar
una flexibilización de los objetivos de déficit, fijados en la ahora
mucho más lejana cifra del 2,8 por ciento en 2016.
"Como resultado del desfase fiscal de 2015 y los
retrasos en la formación de gobierno, ahora esperamos una desviación
fiscal significativa en 2016", dijeron analistas de Barclays, que
proyectan déficit del 3,8 por ciento del PIB.
El portavoz económico de Ciudadanos en el Congreso,
Toni Roldán, dijo que el dato "pone en riesgo la estabilidad y
credibilidad" y deja "un enorme agujero" al nuevo gobierno.
Aunque la proyección oficial pública seguía siendo del
4,2 por ciento, recientemente se supo que a mediados de octubre, a dos
meses de las elecciones generales, España remitió sin hacer público un
documento a Eurostat en el que ya proyectaba una cifra del 4,4 por
ciento.
"Es muy grave la ocultación y la percepción que ha
creado el PP con este malísimo dato de déficit", afirmó por su parte
Luis Garicano, autor del programa económico de Ciudadanos.
Desde el PSOE, su responsable económico Jordi Sevilla
dijo que el Gobierno de Mariano Rajoy no estaba legitimado para mandar a
Bruselas un nuevo programa de estabilidad presupuestaria, como debe
hacer en abril.