LUXEMBURGO.- La inflación volvió a
caer en mayo en la zona euro y el desempleo se mantuvo en abril
estable, pero a un nivel alto, tendencias que reflejan los efectos aún
insuficientes de las medidas del Banco Central Europeo (BCE).
Según datos de la agencia europea de estadísticas, Eurostat,
publicados este martes, la inflación en la zona euro fue de -0,1% en
mayo, mientras que el desempleo para el mes de abril se mantuvo estable
en el 10,2%.
La inflación subyacente, que no tiene en cuenta los precios de la
energía, los alimentos, las bebidas alcohólicas y el tabaco, más
reveladora de la tendencia real de la evolución de los precios, se
aceleró apenas una décima en mayo, al 0,8%.
Los precios de la energía redujeron algo su caída en mayo (-8,1%),
tras haber retrocedido en abril (-8,7%), con un barril de Brent,
referencia para Europa, que se negocia cerca de los 50 dólares. Una
mejora gradual después de que el barril de Brent cayera en enero por
debajo de los 30 dólares, su nivel más bajo en 13 años, lastrado por una
oferta ampliamente excedentaria en un contexto económico moroso, en
particular en China.
El desempleo, en tanto, se mantuvo estable en el 10,2% en abril, en
su nivel más bajo desde agosto de 2011. En relación con el mes de marzo,
son 63.000 personas menos en las listas de desempleados.
"La tasa de desempleo dio un empujón a la economía de la zona euro en
los últimos meses, la caída en la cantidad de desempleados generó una
mayor demanda doméstica", señaló Bert Colijn, economista del banco ING.
Sin embargo, agregó Colijn, se está "lejos de experimentar una
presión significativa en los precios desde el mercado laboral", por lo
que los operadores económicos se mantienen expectantes de los próximos
pasos del BCE.
La evolución de los precios es la obsesión de la autoridad monetaria
europea. El Banco Central Europeo (BCE) tiene como meta mantener la
inflación "cerca, pero levemente por debajo, del 2%".
Para alcanzar su meta está dispuesto a utilizar "todos los
instrumentos disponibles", repitió el presidente de la institución,
Mario Draghi, en abril pasado.
El BCE ya puso en práctica una serie de medidas para estimular la
economía en la zona euro. Mantiene su principal tasa de interés, el
barómetro del crédito en la zona euro, en cero desde marzo.
Lanzó asimismo un amplio programa de compra de deuda pública y
privada, que extendió a obligaciones emitidas por empresas a partir de
junio.
El jueves el consejo de gobernadores del BCE volverá a reunirse, como
lo hace mensualmente, pero es "improbable que los datos de la inflación
tengan un impacto" en el resultado de su reunión, estimó Johannes
Gareis, economista del banco Natixis.
"Probablemente el BCE enfatice que algunas de las medidas anunciadas
en marzo están recién empezando a tener efectos (...) y que se necesita
paciencia", vaticinó Howard Archer, jefe economista de IHS Global
Insight's.
Si bien la zona euro no salió aún del territorio deflacionista, del
que "entra y sale desde 2014", "mayo puede finalmente ser el último mes
de deflación en la zona euro", estimó Howard Archer.
Ello ocurrirá si se mantiene al alza la evolución de los precios del
petróleo, en lo que coincide Gareis: una mejora en los precios de la
energía favorecerá una presión inflacionista en la zona euro.
Esta mejora de los precios de la energía no se refleja aún en la
inflación subyacente, según los analistas, que apenas aumentó una décima
en mayo, a 0,8%. Jonathan Loynes, economista jefe de Capital Economics,
subraya además que "la presión en los precios subyacentes debería
mantenerse suave, dada la continua debilidad de los aumentos
salariales".
En su reunión del jueves, el BCE podría utilizar estos datos de la
inflación y el desempleo para justificar la política monetaria flexible
adoptada hace ya unos meses, estimó Bert Colijn, criticadas con
virulencia en Alemania.