LONDRES.- El gobierno británico redobló
esfuerzos el lunes para atajar los incendios causados por el Brexit,
pero la libra volvió a batir récords a la baja y los socios europeos le
exigieron que presente su demanda de divorcio, antes de negociar un
futuro acuerdo.
El Reino Unido no presentará esa demanda, a través
del artículo 50 del Tratado de Lisboa, hasta que no tenga "una visión
clara de los nuevos acuerdos" con sus vecinos europeos, explicó Cameron
ante el Parlamento.
La respuesta de Alemania, Francia e Italia fue
rotunda. "No va a haber discusiones formales o informales sobre la
salida del Reino Unido de la UE mientras no haya una demanda de salida",
dijo la canciller alemana, Angela Merkel, tras recibir a sus pares de
esos países.
"La responsabilidad es no perder tiempo para tratar
de una forma adecuada la cuestión de la salida del Reino Unido" añadió
el presidente francés, François Hollande.
Las tres potencias
europeas acordaron además que quieren incrementar aún más el proyecto
común europeo, y en especial más convergencia en "ámbitos sociales y
fiscales" dentro del euro.
Cameron confirmó de todas formas que su
gobierno respetará la voluntad popular y anunció la creación de un
departamento especial de altos funcionarios encargado de las complejas
negociaciones con la UE.
Además su partido conservador ya prepara
el proceso de sustitución, que en todo caso se producirá antes del 2 de
septiembre. Ese sustituto será el encargado de liderar la salida.
El
forcejeo entre Londres y la UE se prolongará previsiblemente el martes y
miércoles durante la cumbre de la UE en Bruselas, a la que acudirá
Cameron.
La incertidumbre que rodea el proceso impacta de forma
especial en los mercados, y los empresarios e inversores ya hacen planes
para deslocalizar actividades.
Standard&Poor's bajó la nota 'AAA' del Reino Unido dos peldaños, hasta 'AA', con perspectiva negativa.
La
bolsa de Londres perdió 2,55% al cierre, y el impacto fue especialmente
duro en el sector bancario, el inmobiliario, las aerolíneas.
La
libra esterlina cayó en picado de nuevo y llegó a marcar de nuevo su
peor nivel frente al dólar de las últimas tres décadas. En dos días se
ha depreciado un 12% respecto al dólar, un 10% respecto al euro.
Una
quinta parte de los dirigentes empresariales británicos prevé
deslocalizar una parte de sus actividades, según un sondeo de la
patronal.
El Brexit supone otro desafío "desfavorable" para la economía mundial, advirtió el Tesoro estadounidense.
A la tensión política y financiera se añadieron algunos incidentes xenófobos en distintos puntos del país.
Un
centro cultural polaco en pleno centro de Londres amaneció con pintadas
racistas, y en una localidad del sur de Inglaterra, Huntingdon,
aparecieron folletos exigiendo a los polacos que se vayan del país,
motivando una queja de la embajada.
Una parte de los votantes
pro-Brexit aseguran que hay demasiados inmigrantes en el país, y la
comunidad polaca en el Reino Unido es la más numerosa de los países de
la UE, con unos 654.000 miembros, según el censo de 2011.
Una
diputada europeísta británica, Jo Cox, fue asesinada hace dos semanas en
plena campaña del referéndum por un perturbado con simpatías neonazis,
lo que causó conmoción en la clase política.
Cameron condenó esos ataques "despreciables" y aseguró que su gobierno permanecerá vigilante.
La
intención de Londres es preservar los derechos de millones de
trabajadores europeos en el país para que no haya una réplica que
perjudique a sus pensionistas y trabajadores en el resto de la UE.
Cameron
quiso salir al paso también de las amenazas independentistas de
Escocia, una región que votó en contra del Brexit y cuyo gobierno
nacionalista amenaza con otra consulta independentista, tras la de 2014.
El jefe de gobierno británico aseguró ante el Parlamento que tanto el
parlamento escocés como el norirlandés serán consultados durante la
negociación de salida, pero reiteró que el interés para ambos pasa por
obtener "el mejor acuerdo" para el Reino Unido.
"Es
absolutamente esencial que nos mantengamos concentrados, que nadie
pierda la cabeza y actúe sin reflexionar", pidió el secretario de Estado
norteamericano, John Kerry, que tras visitar Bruselas pasó por Londres.
En
la misma línea se manifestó el conservador Boris Johnson, líder de la
campaña Brexit y el mejor posicionado para sustituir a Cameron.
"El
único cambio" en la vida de los británicos, "y no hay gran prisa, es
que el Reino Unido se separará del opaco y gigantesco sistema
legislativo de la Unión Europea", escribió en un artículo publicado en
el Daily Telegraph.
La onda de choque también llegó al Partido
Laborista, cuyo líder, Jeremy Corbyn, vio como dimitía más de la mitad
de su gabinete en protesta por su forma de conducir la campaña del
referéndum.
Los diputados laboristas votarán el miércoles una
moción de censura a su líder, que, de prosperar, sería sometida al voto
de los afiliados.