CANCÚN.- La Cumbre
de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad finalizó en el balneario
mexicano de Cancún, tras 14 jornadas de trabajo, con una "perspectiva
positiva" sobre los avances para alcanzar un mayor número de metas de
Aichi.
Así lo aseguró el secretario ejecutivo del Convenio
sobre la Diversidad Biológica (CBD), Braulio Ferreira de Souza Dias,
quien indicó que en los últimos días se han visto esfuerzos
considerables para progresar, dado que hay una mayor conciencia sobre el
problema.
Desde el 4 de diciembre hasta ayer, Cancún acogió la
Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica
(COP13) y sus dos protocolos, el de Cartagena sobre seguridad de la
biotecnología (COP-MOP8) y el de Nagoya sobre acceso a los recursos
genéticos (COP-MOP2).
Más de 6.500 delegados de 196 países participaron en el
diálogo, que incluyó a expertos, autoridades y sociedad civil. Por
primera vez, además del sector ambiental se contemplaron los agrícola,
forestal, pesquero y turístico.
"Si logramos que los sectores económicos, que son los
grandes usuarios de la biodiversidad, cambien sus prácticas a otras más
sostenibles, habrá una menor presión sobre los recursos naturales y por
lo tanto más rápidamente podremos equilibrar la pérdida y la
compensación", aseguró el secretario ejecutivo.
"No hay una solución milagrosa, hay que avanzar en todos los frentes, soy optimista", valoró.
Lo que está sobre la mesa de discusión, explicó, tendrá una
repercusión directa en la sociedad, e implica cambiar el comportamiento
del consumidor y los sistemas de producción, así como reducir los
impactos negativos sobre la biodiversidad.
También reforzar todo el sistema de estímulos económicos y
subsidios y reformar el marco legal en muchos países, por mencionar
algunas acciones.
"No son cosas pequeñas, no se pueden lograr de la noche a la
mañana, es un proceso de largo plazo y hay que continuar, ser
persistentes", acotó.
Para el secretario ejecutivo, entre las metas de
biodiversidad establecidas en 2010 en Aichi (Japón), una que reporta
avances rápidos es la 11, sobre la creación de Áreas Naturales
Protegidas terrestres y marinas; la cual, estimó, "sí vamos a alcanzar
al final de la década".
Por otra parte, la meta 16, sobre el reparto equitativo de
los beneficios y vinculado con el Protocolo de Nagoya, "también avanza":
"Ahora ya tenemos más de 90 miembros y también hay más de 40 países que
han avanzado en consultas nacionales, y esperamos que el próximo año
muchos países más quieran participar en el protocolo".
"Los países están tomando en cuenta el capital natural, hace
unas semanas se aprobó la Agenda 2030 hacia el desarrollo sostenible
con 17 objetivos; hay más atención en los componentes ambientales",
afirmó Dias.
En contraste, considera que la meta 20, relacionada con la
movilización de recursos financieros, es una meta "difícil de alcanzar",
especialmente después de la crisis económica de 2008.
No obstante, recordó que hoy en día "las transferencias
internacionales de los países desarrollados para apoyar a los países en
desarrollo se están incrementando".
Entre las otras metas catalogadas como "difíciles" incluyó
la 10, sobre ecosistemas muy vulnerables; la 12, sobre la extinción de
las especies; y la 13, que aborda la pérdida de variedad genética en
plantas y animales.
Los territorios indígenas y comunidades locales constituyen
grandes áreas de oportunidad, ya que en ellos se encuentra la mayor
biodiversidad del planeta.
"El área física ocupada por esos territorios es mayor que la
zona de áreas protegidas en el mundo", por eso -afirmó Dias- han sido
importantes los cambios que países como Filipinas, Irán, Madagascar y
Francia han hecho para modernizar su marco legal con el objetivo de
reconocer estas superficies naturales.
Durante la COP13 se visibilizó la necesidad de que, para
llegar a cumplir las metas de Aichi, se incluya en las decisiones a los
indígenas y a las comunidades locales, y no solo a los gobiernos.
En el marco del evento se presentó el estudio "Perspectivas
sobre la biodiversidad local", que concluye que los pueblos indígenas
tienen conocimiento "de primera mano" sobre el estado de la
biodiversidad sobre el terreno, por lo que sus contribuciones son
"vitales".
Asimismo, de manera previa a la cumbre, ministros de 190
países desarrollaron durante dos días una sesión de alto nivel que
concluyó con la adopción de la Declaración de Cancún.
Con ella, los ministros se comprometieron a hacer "esfuerzos
adicionales" encaminados a que se cumplan las metas de biodiversidad y
acordaron medidas para acelerar su cumplimiento, entre ellas movilizar
recursos financieros.