Así lo reconoció hoy Jeremy Browne, el representante para Europa de la
Corporación de la City, el ayuntamiento de ese distrito, que confesó
también que los países de la Unión Europea (UE), que ha visitado este
semestre, tampoco detallan sus intenciones.
"Hay diferentes posiciones, según sea el país más
proteccionista o pro libre mercado, pero, en lo que todos parecen
coincidir, es en que el Reino Unido no podrá elegir a la carta", reveló,
en un encuentro con la prensa.
La Corporación de la
City, en representación del sector financiero -formado sobre todo por
bancos, aseguradoras y servicios legales-, hace presión sobre el
Ejecutivo conservador de la primera ministra, Theresa May, para que
consiga un acuerdo con la UE que permita preservar el histórico lugar de
Londres como centro financiero global.
"La 'City',
como toda la capital, votó por la permanencia en el referéndum del
pasado 23 de junio, por lo que la mejor opción para nosotros sería que
el Reino Unido permaneciera dentro del mercado único y se conservara al
máximo el 'statu quo", dijo Browne.
Sin embargo, el
exdiputado liberaldemócrata, que fue secretario de Estado de Exteriores,
admite que esta vía parece "difícil", pues May "parece muy firme en su
rechazo a la libertad de movimiento" que requiere la pertenencia al
mercado único europeo.
También se ha mostrado dura en su intención de "salir de la jurisdicción de las cortes europeas", agregó.
"Con todo, pensamos que hay margen de maniobra. Por ejemplo, Bruselas
podría acceder a aplicar condiciones diferenciadas para diferentes
sectores, según su importancia económica, y el Gobierno británico, aun
recuperando el control de las fronteras, podría optar por una política
migratoria abierta y liberal", opinó.
"El peligro es
que todas las partes se muestren inflexibles", aseveró Browne, para
añadir: "Esperemos que tanto el Gobierno como la UE sean lo suficiente
imaginativos como para hallar una solución que satisfaga a todo el
mundo, o al menos que no perjudique".
El
representante para Europa de la Corporación aseguró que, al margen del
"brexit", Londres "seguirá siendo un centro financiero global dentro de
veinte años", si bien "quizás las empresas no sentirán la misma
atracción" por establecerse en la ciudad.
Según un
estudio encargado por la autoridad municipal a la consultora EY,
llevaría "al menos dos décadas" para que otra ciudad europea, como
Fráncfort, Dublín, París o Amsterdam, pudiera "recrear la oferta" de
talento y servicios que ofrece la capital británica.
Por otra parte, de quince multinacionales encuestadas, entre ellas las
españolas Telefónica y Grupo Antolín, la mayoría cree que un "brexit"
duro (sin acceso al mercado único) aumentaría los costes y restaría
capacidad de mercado a su negocio.
Aunque la
Corporación de la City busca subrayar la importancia del sector
financiero, que contribuye un 12 % al producto interior bruto (PIB) y
emplea a un 7 % de la fuerza laboral británica en todo el país, Browne
concede que este "no necesariamente" va a liderar la tabla de
prioridades del Gobierno.
Precisamente, la patronal
de empresarios Confederación de la Industria Británica (CBI) publicó
ayer un informe en el que reclama a May "un enfoque conjunto para toda
la economía, sin dejar atrás a ningún sector, ya que ello tendría un
efecto dominó" en todas las áreas productivas.
La
directora general, Carolyn Fairbairn, señaló que, "aunque cada sector
tiene retos específicos, hay muchos aspectos interconectados y
principios comunes", como por ejemplo "evitar cambios drásticos que
interrumpan las cadenas de suministro y comerciales".
En su opinión, las empresas difieren básicamente en el énfasis que dan
en su escala de valores a asuntos como el comercio, la inmigración o la
regulación.
"Para que el 'brexit' sea un éxito para
toda la economía, el Gobierno deberá desentrañar todos estos desafíos e
identificar las nuevas oportunidades que podrían surgir de otro tipo de
relaciones más globales", manifestó.
Lo que parece
claro es que ningún sector de la economía británica podrá valorar sus
perspectivas hasta que Theresa May exponga sus líneas negociadoras con
Bruselas, lo que ha dicho que hará a principios de 2017.