Ha muerto José Angel Sánchez Asiaín, el banquero español
contemporáneo que ha dejado una huella más profunda en el mundo bancario
y financiero español. Sánchez Asiaín, uno de los discípulos más
destacados del padre Luis Bernaola, el inspirador de la mejor etapa
académica de La Comercial de Deusto (como así se conoce a la Universidad
bilbaína de los jesuitas) no ha sido en absoluto un banquero
convencional.
Ha simultaneado, a lo largo de su dilatada carrera profesional, la
vida académica (como catedrático de Hacienda Pública y Derecho Fiscal),
la política (fue secretario general técnico del ministro de Industria,
Gregorio López Bravo, entre 1962 y 1966, etapa durante la cual se
pusieron los cimientos de los famosos Planes de Desarrollo, columna
vertebral de la economía española durante el franquismo), la de
estudioso de la economía (máximo responsable e impulsor del prestigioso
Servicio de Estudios del Banco de Bilbao), como mecenas de la innovación
(inspirador y máximo responsable durante años de la Fundación Cotec) y
la de banquero.
Han sido las múltiples caras de un personaje histórico que hace pocos
años lanzó a las librerías una obra fundamental para conocer los
entresijos de la Guerra Civil española, en especial la financiación de
aquel conflicto, desde una óptica neutral y con un alto contenido de
información inédita y de primera mano, fruto de casi 20 años de
investigación. La publicación de esta obra, básica para entender las
interioridades de la Guerra Civil española, ha situado a Sánchez Asiaín
entre los historiadores de referencia de esa etapa crucial de la
Historia de España.
El propio Banco de Bilbao le colocó primero en el Consejo de
Administración de la entidad de la que había llegado al máximo nivel del
escalafón profesional y más tarde en la cúpula, en el año 1974, tras
romper una norma dinástica que situaba sistemáticamente al frente de los
dos grandes bancos vascos (el Bilbao y el Vizcaya) a los apellidos más
destacados de la oligarquía industrial y financiera vasca, las familias
de Neguri, Las Arenas y Guecho.
Para entonces, a los 45 años, Sánchez
Asiaín se había convertido ya en un personaje de referencia, no sólo en
la banca española sino en la vida económica y política española. Buen
amigo del joven socialista sevillano Felipe González, el banquero apoyó
de forma bastante activa los primeros pasos de la balbuciente democracia
española. Su influencia fue considerable en los estamentos económicos y
en el Banco de España no se movía un papel de trascendencia que tuviera
que ver con el mundo bancario sin consultarle.
Su apostolado en favor de la modernización de la banca española ha
sentado historia, primero con sus atrevidas innovaciones en la banca
minorista y sobre todo en su incansable apoyo a la internacionalización
de la banca española (el Bilbao fue pionero en su departamento de
Extranjero, participando en numerosas operaciones internacionales desde
su oficina de Londres) y, por encima de todo, por su defensa e impulso a
las fusiones bancarias en España como paso necesario para dotar a la
banca española de una presencia exterior más activa.
La fusión fracasada del Bilbao con Banesto, su mayor decepción
profesional, puso en marcha una operación bastante novedosa en España,
el de las opas no pactadas. Una operación con la que Sánchez Asiaín
pretendía consolidar el primer banco de España, por delante de los tres
históricos líderes de la época (Banesto, Central e Hispano Americano,
hoy reunidos bajo un mismo paraguas, el del Santander).
La fusión fue
impedida curiosamente con la intervención activa de otro brillante
alumno de Deusto, el joven abogado Mario Conde, quien acababa de hacer
caja, junto con Juan Abelló, tras la sorprendente venta de la española
Antibióticos a una multinacional italiana. El último día del año 1987,
Sánchez Asiaín y el hombre fuerte del Vizcaya, Pedro Toledo, pactaron
verbalmente la fusión entre los bancos representantes de las dos orillas
de la Gran Vía bilbaína, el Bilbao y el Vizcaya, para dar paso a la
creación del BBVA. Lo demás ya es historia.
(*) Periodista y economista español
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