PEKÍN.- El Gobierno chino confió hoy en que
el crecimiento de la segunda economía mundial en el conjunto de 2016
alcance el 6,7 %, la tasa que registró entre enero y septiembre, y
anticipó que en 2017 se enfrenta a "problemas y contradicciones".
El presidente de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo de China
-órgano de planificación económica-, Xu Shaoshi, así lo aseguró en una
rueda de prensa en la que defendió que el gigante asiático superó el año
pasado "un entorno económico interno y externo muy complejo".
"Nuestro crecimiento en los tres primeros trimestres (de
2016) fue del 6,7 % y se espera que en el conjunto del año sea de
alrededor del 6,7 %", dijo Xu, quien añadió que el año pasado se crearon
más de 13 millones de nuevos empleos urbanos.
El
responsable del departamento de planificación económica chino explicó
que el año pasado la segunda economía mundial continuó instalada en la
"nueva normalidad" -el eufemismo con el que las autoridades se refieren a
una etapa de menor crecimiento en el país- y que progresó en su proceso
de transformación estructural.
En este sentido, Xu
señaló que el consumo contribuyó al 71 % del crecimiento económico y que
el consumo de energía por unidad del producto interior bruto (PIB) bajó
un 5 %, lo que contribuyó a la progresiva retirada de las industrias
más contaminantes.
Xu destacó que, pese a que la tasa
de crecimiento económico de China es en la actualidad inferior a la de
hace unos años, se estima que el PIB creció en 5 billones de yuanes
(722.000 millones de dólares, 685.000 millones de euros) en 2016, lo que
equivale a su tamaño total de 1994 o a una expansión del 10 % de hace
cinco años.
El dirigente chino añadió que la
contribución del gigante asiático al crecimiento económico global "puede
alcanzar más del 30 %" por lo que anticipó que se mantendrá como el
mayor motor de crecimiento mundial.
"Creo que
estaremos bien posicionados para responder a los riesgos y desafíos y
para mantener las fluidas operaciones de la economía china", indicó Xu.
El presidente de la Comisión apuntó a la lenta recuperación de la
economía mundial tras la crisis financiera y a la creciente
incertidumbre en el panorama global, que se suman a sus dificultades
internas.
"Aunque la economía doméstica ha ido
estabilizándose, todavía afrontamos algunas contradicciones y problemas
importantes", reconoció Xu, quien subrayó los problemas de
sobrecapacidad productiva en las industrias del acero, el carbón, el
cemento, el vidrio o naviera.
Además, el responsable
de planificación económica chino anunció que el país continuará
impulsando la reforma de sus empresas públicas, para orientarlas más
hacia el mercado, y que promoverá las fusiones y adquisiciones entre
firmas estatales que ya se han visto en los sectores siderúrgico o
ferroviario.
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