NUEVA YORK.- Wall Street arrancó con
fuerza el nuevo año y el Dow Jones está a un pelo de históricos 20.000
puntos pero está muy cautelosa en la semana previa al ingreso de Donald
Trump a la Casa Blanca.
La pasada semana, que fue más
corta por un feriado estadounidense, el Dow Jones subió 1,02% a
19.963,80 y quedó a un pasito de los 20.000 puntos.
El
Nasdaq, un índice de valores tecnológicos, ganó 2,56% a 5.521,06 y el
S&P 500 avanzó 1,70% a 2.276,98 unidades. Los dos cerraron la semana
en niveles récord.
Wall
Street logró esas alzas gracias a una salva de indicadores económicos
"alentadores", dijo Tom Cahill, analista de Ventura Wealth Management.
El
aumento de las ventas de automóviles en diciembre confirmó la buena
salud mostrada a lo largo del año por ese sector. Y lo mismo ocurrió con
el aumento de la actividad manufacturera y de servicios en el mismo
mes.
Los datos del empleo en diciembre fueron más
moderados y mostraron un leve repunte de la tasa de desempleo pero para
los inversores el mejor dato fue el de que en diciembre mejoraron los
salarios.
En ese contexto favorable, el principal
obstáculo en el camino de Wall Street ha sido su propio nivel que se
elevó tras la inesperada victoria de Donald Trump en las presidenciales
de noviembre.
La bolsa "aumentó 9% desde la elección y
eso es mucho en poco tiempo", dijo Hugh Johnson de Hugh Johnson Advisors
quien apuntó que el mercado "llegó muy lejos rápidamente" y hay riesgos
de que corrija su dirección.
La
cautela de los inversores puede extenderse en esta semana,
especialmente porque es la previa a la entrada a la Casa Blanca de Trump
y sus promesas de estimular el crecimiento de la primera economía
mundial.
"Hay muchas especulaciones sobre la posibilidad
de que cuando esté en el poder haya lugar para decepciones", dijo el
analista Karl Haeling.
Trump desperto expectativas que
estimularon a los mercados: en la campaña prometió rebajar impuestos a
las empresas, eliminar reglamentaciones y estimular con dinero público
el desarrollo de obras de infraestructura.
"La confianza
de un cambio de la política económica de Estados Unidos no es
particularmente fuerte. Los inversores lo esperan pero no tienen
confianza", Hugh Johnson.
Entre lo que mitiga la confianza en Trump, mencionó sus declaraciones en Twitter en las que presionó y amenazó a empresas como Toyota o General a que
fabrican en Estados Unidos los autos que venden en ese mercado so pena
de aplicarle impuestos a sus autos armados en países de mano de obra más
barata como México.
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