WASHINGTON.- Donald Trump y el rey saudí Salman apoyan una "rigurosa" aplicación del
acuerdo nuclear con Irán, pese a que el mandatario estadounidense se ha
mostrado abiertamente contrario al mismo.
En una conversación telefónica
este domingo, ambos líderes también hablaron de la necesidad de abordar
las "actividades desestabilizadoras" de Irán en la región, de luchar
contra el "terrorismo extremista islámico" y de establecer zonas de
seguridad en Siria y Yemen, señaló un comunicado de la Casa Blanca, sin
proporcionar más detalles.
Trump se opuso al acuerdo nuclear que las potencias mundiales
firmaron con Irán en 2015, y dijo que quería deshacerlo. Algunos de los
principales integrantes de su gabinete han adoptado una abierta postura
antiiraní, incluyendo el candidato a ocupar la secretaría de Estado, Rex
Tillerson, quien busca que el acuerdo sea revisado por completo. El
presidente de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo el mes pasado que había
muchas formas de "deshacer" el acuerdo nuclear con Irán y que discutiría
el asunto con Trump.
Antes de dejar la Casa Blanca, el expresidente Barack Obama alertó
contra la terminación del acuerdo, enfatizando sus "resultados concretos
y significativos". El acuerdo limita el programa nuclear de Teherán a
cambio del levantamiento de las sanciones internacionales. Teherán es
enemigo tanto de Washington como de Riad. El reino de Arabia Saudita, de
mayoría sunita, está enfrascado en una lucha de poder con Irán, de
mayoría chiíta, por el dominio de la región.
Trump también habló con el príncipe heredero de Abu Dhabi, Mohamed
bin Zayed Al Nayan, quienes se comprometieron a "fortalecer aún mas la
cooperación en la lucha contra el terrorismo radical islámico", señaló
la Casa Blanca. También indicó que ambos discutieron el establecimiento
de zonas para refugiados desplazados por los conflictos en la región, y
el príncipe heredero "acordó dar apoyo a esta iniciativa".
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