LONDRES.- ¿Quién necesita a Europa
cuando el mundo está disponible? La primera ministra británica Theresa
May parece tener la esperanza de que los acuerdos comerciales con
Estados Unidos, China y otros puedan contrarrestar los efectos de salir
del mercado único europeo.
La reunión de May con Donald Trump podría
haber allanado el camino para un acuerdo con la mayor economía del
mundo. El presidente de EEUU ya ha dicho que daría la bienvenida a un
rápido acuerdo. Pero cualquier pacto parece que no será suficiente para
contrarrestar el comercio que Reino Unido perdería dejando la Unión
Europea.
La geografía es un factor: cuando dos países
están más cerca los flujos comerciales tienden a ser mayores, puesto que
los costes del transporte y las barreras culturales son menores. La
economía china es 15 veces más grande que la de Holanda, pero las
exportaciones británicas que van a su vecino al otro lado del canal de
La Mancha casi doblan a las que van a la república popular. Aunque la
era digital debería hacer que la geografía fuera menos importante, hay
pocas evidencias de esto en los datos comerciales.
La pertenencia al mercado único de Europa
también ha dado al comercio transfronterizo un impulso extra. El
comercio británico con los otros 27 miembros de la UE es un 55 por
ciento mayor de lo que puede ser explicado por razones geográficas y de
tamaño, según muestra un estudio del Centro para la Reforma Europea.
Asumamos que las exportaciones a la UE caen un
10 por ciento después del Brexit. Para compensar esta diferencia, Reino
Unido necesitaría incrementar sus ventas a Estados Unidos más de un 25
por ciento o más que doblar sus exportaciones a China. Esto es
optimista. En base al impacto de otros acuerdos históricos, los tratos
con China y Estados Unidos impulsarían las exportaciones británicas a
estos países hasta un 5 y un 8 por ciento respectivamente, según Monique
Ebell, un economista del 'think tank' Niser de Londres. Estos efectos
habitualmente tardan una década en materializarse completamente.
Los servicios, que suponen un 35 por ciento de
las exportaciones británicas a la UE, son particularmente complicados.
Reducir las barreras comerciales requiere un acuerdo sobre complejas
reglas regulatorias como el mutuo reconocimiento de las licencias
profesionales. Por lo tanto, banqueros, abogados y arquitectos podrían
tener dificultades para remplazar los negocios perdidos en la UE con
nuevos clientes en China, Estados Unidos o en otros países.
Theresa May quiere que Reino Unido "salga al
mundo y redescubra su papel como una gran nación comercial global". Sin
embargo, esta es la segunda mejor opción después de retener sus lazos
con la UE.
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