DAVOS.- Expertos del sector público y
privado han mostrado hoy en el Foro Económico Mundial de Davos un
moderado optimismo sobre las perspectivas económicas de este año, para
el que el FMI ha revisado al alza sus previsiones de crecimiento pese al
latente proteccionismo de Donald Trump.
En el panel
en el que cada año el Foro de Davos dibuja las perspectivas económicas
para el año entrante han participado el gobernador del Banco de Japón,
Haruhiko Kuroda; el presidente de BalckRock, Larry Fink; la directora
gerente del FMI, Christine Lagarde; el ministro alemán de Finanzas,
Wolfgang Schauble, y el secretario del Tesoro británico, Philip Hammond.
Lagarde ha explicado que la coyuntura "pinta mejor que
en los últimos años", de ahí que el organismo haya revisado al alza
algunas de sus previsiones, entre ellas la de Estados Unidos, la UE y
Japón.
No obstante, ha advertido sobre la dificultad
que entraña imponer una reforma fiscal y a la vez restringir el libre
comercio, tal y como ha anunciado el desde hoy presidente
estadounidense, Donald Trump.
El FMI recela de "las
trabas al comercio y la deriva proteccionista que parece va a emprender
Trump", ha dicho Lagarde, a la que también le preocupa la subida del
dólar y los efectos negativos que eso tendrá en los países muy
endeudados en la divisa estadounidense.
Schauble ha
recomendado "esperar a ver que hace el presidente Trump", ya que no se
puede imaginar "que de verdad imponga trabas al libre comercio", por lo
que es "optimista en ese sentido", aunque no ha descartado completamente
que se desate una guerra comercial entre China y Estados Unidos.
Sería "una paradoja interesante que fueran los chinos los paladines de
la defensa del libre comercio", ha añadido, en referencia al discurso
pronunciado por el presidente chino, Xi Jinping, aquí en Davos el pasado
martes, cuando declaro que "debemos decir no al proteccionismo".
Ha reconocido que "la zona del euro va relativamente bien", y ha
alertado de ciertos "riesgos geopolíticos por las elecciones que deben
celebrarse este año en Francia o en Holanda".
El
secretario del Tesoro británico, Philip Hammond, ha querido separar "la
retórica contra el libre comercio de Trump" de los motivos que han
llevado al Reino Unido a celebrar un referéndum y abandonar la UE; se
trata "precisamente de lo contrario", más y mejor comercio, pero en las
mejores condiciones para su país.
Hammond ha
explicado que lo que no comparte el Reino Unido es la libre circulación
de personas, "con esa premisa no podemos pertenecer a la UE", pero una
vez fuera sí se puede "negociar de modo independiente un acuerdo de
libre comercio de modo que los consumidores británicos puedan seguir
comprando productos europeos y viceversa".
A todos
interesa un buen acuerdo entre ambas partes, ha dicho, y no se puede
olvidar que "el Reino Unido es el mayor socio de la UE".
Larry Fink, representante del sector privado y de las finanzas
-BlackRock es la mayor gestora de fondos del mundo-, ha recomendado
"cautela y paciencia" antes de evaluar las intenciones de Trump o las
consecuencias de la salida del Reino Unido de la UE.
En su opinión, tanto el "brexit" como el triunfo de Trump representan
una victoria de la voz de la gente corriente, "y ya veremos si se han
equivocado o no".
Desde el fin de la II Guerra Mundial, la economía estadounidense ha descansado en el consumo, y "nadie puede cambiar eso".
Aún menos que Trump le preocupa a Fink el "brexit", todo lo contrario
que al consejero delegado de Barclays, Jes Staley, que ha intervenido en
otra mesa redonda y que percibe un riesgo de que se limite la libre
circulación de capitales entre ambas orillas del Canal de la Mancha, del
mismo modo que se va a limitar la libre circulación de personas.
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