FILADELFIA.- El presidente de EE UU, Donald Trump, ha asegurado que la relación de su
país con el Reino Unido es "más fuerte que nunca" gracias en parte a su
afinidad con la primera ministra británica, Theresa May.
En una conferencia de prensa tras reunirse en la Casa Blanca con
Trump, May ha confirmado además que el presidente estadounidense ha
aceptado una invitación de la reina Isabel II para visitar el Reino
Unido en un futuro próximo.
El multimillonario respaldó publicamente la salida del Reino Unido de
la Unión Europea, afirmando que esa medida era "algo maravilloso" para
el país. "Creo que cuando se lleve a cabo, tendrán su propia
identidad y tendrán la gente que quieran en su país", dijo Trump.
"Van a poder hacer acuerdos de libre comercio sin tener a nadie vigilando lo que hagan", afirmó el mandatario estadounidense.
Ambos mandatarios han coincidido en mantener las sanciones contra
Rusia. Trump considera que aún es "pronto" para hablar sobre la
posibilidad de que su país levante las sanciones al Gobierno de Putín,
mientras que la británica, ha considerado que las sanciones económicas a
Moscú "deben continuar".
"Es demasiado pronto para hablar de eso",
afirmó Trump.
Este sábado está previsto que se produzca la primera conversación
oficial entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y Trump desde que el
mandatario estadounidense tomara posesión de su cargo el pasado 20 de
enero. "No le conozco personalmente, pero espero que tengamos una
fantástica relación", afirmó Trump sobre Putin, y aseguró que quiere
colaborar con Moscú en la lucha contra el grupo terrorista Estado
Islámico en Siria e Irak.
Por su parte, May apuntó que "las sanciones a Rusia deben continuar" y
agregó: "Seguiremos manteniendo esa posición dentro de la Unión
Europea", bloque del que, sin embargo, el Reino Unido tiene previsto
salir antes de finales de 2019 tras la victoria del "brexit" en el
referéndum del año pasado. Pese a coincidir con May hoy en que las
sanciones económicas contra Rusia deben proseguir, el presidente
estadounidense ha señalado en varias ocasiones que consideraría
retirarlas si Moscú colabora con Washington.
Estados Unidos y la Unión Europea impusieron sanciones económicas en
2014 a Moscú, que se han reforzado en sucesivas rondas, por anexionarse
la península de Crimea y respaldar a los separatistas prorrusos del este
de Ucrania en el conflicto civil de ese país.
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