WASHINGTON.- El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha
ofrecido este martes a Robert Kennedy Junior, sobrino del difunto John
Fitzgerald Kennedy, la presidencia de una nueva comisión sobre la
seguridad de las vacunas, sobre las que este ecologista tiene dudas.
Este abogado demócrata, especialista en derecho
medioambiental, hijo del senador Robert Kennedy y sobrino del presidente
asesinado JFK, ha planteado -al igual que Trump- serias dudas sobre la
inocuidad de las vacunas.
Incluso ha sugerido que algunas podrían provocar autismo,
algo unánimemente desmentido por las autoridades médicas en base a
numerosos estudios.
"Me pidió que presida una comisión sobre la seguridad de las
vacunas e integridad científica", dijo Kennedy a la prensa tras una
reunión con Trump. "Dije que lo haría", subrayó. El objetivo de la
comisión es "garantizar la integridad científica en el proceso de la
vacunación para su eficacia y seguridad", explicó Kennedy.
"Trump tiene algunas dudas respecto a las políticas actuales
de vacunación", añadió. "Su opinión no importa, pero la ciencia sí que
importa, y tendríamos que observar la ciencia y debatir", indicó. Según
Kennedy, tanto él como Trump están "muy a favor de las vacunas".
El abogado publicó un libro en 2014 en el que habla de los
peligros del mercurio que contiene el timerosal, empleado en las vacunas
para evitar la proliferación bacteriana y fúngica.
También participó activamente en la promoción de un
documental de 2015 que vinculaba el autismo al timerosal en las vacunas y
atacó a los responsables sanitarios que rechazan ese vínculo.
"Ponemos la vacuna a niños y la noche siguiente tienen
fiebre (...) y tres meses después su cerebro está destruido", dijo
Kennedy al diario Sacramento Bee, refiriéndose a un "holocausto".
Trump también ha hecho referencia a este vínculo. En 2014
tuiteó: "Niños pequeños sanos van al médico, reciben dosis masivas de
varias vacunas, no se sienten bien y cambian - autismo. ¡Hay tantos
casos!".
Un informe del Instituto estadounidense de Medicina de 2014
basado en ocho vacunas concluyó que éstas "son muy seguras salvo en
contadas excepciones".
Y otros nueve estudios de los Centros de Control y
Prevención de Enfermedades realizados desde 2003 no constataron "ningún
vínculo entre las vacunas que contienen timerosal y el autismo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario