viernes, 10 de febrero de 2017

Los acreedores de Grecia buscan limar diferencias sobre el rescate

BRUSELAS.- Los acreedores de la zona euro y el Fondo Monetario Internacional han acordado dejar al margen sus diferencias y presentar un frente unido para una reunión con Grecia en lo que supone el último punto muerto de su rescate, un movimiento encaminado a acordar lo siguiente que Atenas debe hacer.

Las noticias eran suficiente para que los inversores vuelvan al mercado de bonos griego, pero sigue sin estar claro si Atenas aceptará las demandas. El Gobierno está bajo la presión pública de no aceptar más medidas de austeridad.
Los responsables de la zona euro dijeron el viernes que los acreedores pedirían a Grecia que haga nuevas reformas por 1.800 millones de euros para 2018 y otros 1.800 millones después. Las medidas se centrarán en ampliar la base de los impuestos y en recortes de pensiones.
En Atenas, una fuente dijo que esto suponía un 1 por ciento del Producto Interior Bruto ahora y otra vez después de 2018.
Un frente unido dejaría al margen las diferencias entre los dos grupos de acreedores sobre el tamaño del superávit primario - que excluye los pagos de deuda - que Grecia debe alcanzar en 2018 y mantener después
La zona euro y el FMI también difirieron sobre el tipo de alivio de deuda que necesita Grecia.
Las diferencias han minado los esfuerzos de desbloquear más fondos para Grecia en su último programa de rescate. Como consecuencia, los rendimientos de los bonos griegos a dos años han subido por encima del 10 por ciento, aunque han bajado 120 puntos básicos al 8,8 por ciento después de las noticias del pacto entre los accionistas.
"Hay un acuerdo para presentar un frente unido a los griegos", dijo un responsable de la zona euro. "Lo que salga de ahí, ya veremos", dijo.
Otra fuente conocedora del acuerdo dijo que los acreedores consideran que Grecia aún necesita completar entre tres cuartas partes y la mitad de las denominadas acciones prioritarias antes de que pueda tener los 6.100 millones de euros del último tramo de ayuda.
Grecia ha descartado reiteradamente más recortes de pensiones, que se han reducido 11 veces desde el inicio de la crisis en 2010.
El país acaba de salir de una recesión de varios años provocada por la crisis de deuda y la austeridad exigida a cambio de los tres rescates al país.
La tasa de paro griega es del 23 por ciento y, aunque el crecimiento económico fue del 1,8 por ciento interanual en el tercer trimestre del año pasado, ha bajado a una tasa de más del 10 por ciento esta década.
Las primeras señales para medir la distancia entre ambas partes se verán el viernes, cuando el ministro de Finanzas griego Euclídes Tsakalotos se reúna con el presidente de los ministros de Finanzas de la zona euro y los representantes de los acreedores para debatir el tamaño del superávit primario de Grecia.
Grecia se enfrenta a un pago de deuda de 7.500 millones de euros en julio.
El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, dijo que "las conversaciones hoy no son sobre la reducción de deuda", repitiendo la posición de los gobiernos de Holanda y Alemania de que un mayor alivio de deuda para Grecia sólo sería posible en 2018 después de que se complete su actual programa de rescate de 86.000 millones de euros.
La zona euro quiere que Grecia alcance un superávit primario del 3,5 por ciento del PIB y que lo mantenga durante varios años en un horizonte aún sin especificar.
El FMI cree que con las reformas puestas en marcha ahora Grecia alcanzará sólo un 1,5 por ciento el próximo año y los siguientes y por ello está presionando para que Atenas legisle nuevas medidas que podrían asegurar los objetivos del acuerdo de la zona euro.
Una fuente dijo que la reunión del viernes mostraría avances, pero no solucionaría el estancamiento.
"Esperaría que esta reunión desemboque en un acuerdo para enviar de nuevo una misión a Atenas. Eso es algo. No espero que acabe en un acuerdo completo entre las instituciones y Grecia", dijo la fuente.

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