lunes, 6 de febrero de 2017

La tecnología se subleva contra Trump / Primo González *

El decreto de Donald Trump contra la inmigración de ciudadanos de siete países del mundoárabe y de la fe islámica “no es constitucional, es injusto y económicamente dañino”. Lo ha dicho uno de los jefes del mundo de la tecnología estadounidense. Las empresas tecnológicas se han reunido en una sola voz, sin apenas discordancias, para elevar su voz contra la última ocurrencia del tirano, que sigue gobernando a golpe de exabrupto.


La voz de la tecnología tiene una notable trascendencia en Estados Unidos y lógicamente en todo el mundo, ya que la vanguardia de la innovación se ha convertido en los últimos dos decenios en el sistema nervioso de la economía global. Un ataque contra la globalización del empleo en este sector es un atentado directo contra la esencia del sistema, máxime si se origina y se proyecta desde Estados Unidos, la sede de Silicon Valley y de los grandes centros de investigación desde donde se ha irradiado a todo el mundo la nueva arquitectura mundial de las comunicaciones y de la transmisión del conocimiento.

La queja de los amos de la tecnología no es gratuita. De momento, es la primera expresión sectorial de rechazo hacia una de las ocurrencias de este nuevo presidente, que parece dispuesto a poner patas arriba el sistema sin una hoja de ruta que conduzca a ninguna parte reconocible ni mucho menos definida. Trump ha sido un empresario de éxito en el negocio más especulativo del mundo, el inmobiliario. Pero eso no le confiere dotes especiales para gobernar a golpe de capricho o de impulso ideológico, muchas veces contraviniendo normas que en la economía global se han ido consolidando con el paso del tiempo como las más adecuadas para que el sistema económico global funcione aceptablemente.

La sublevación de los gestores de las principales empresas tecnológicas puede considerarse como un primer paso de enorme trascendencia que posiblemente hará recapacitar a los nuevos dirigentes de la Casa Blanca, ya que a este paso Estados Unidos no va a ser el país más seguro del mundo (lo que está por ver) sino que puede ver seriamente comprometidos algunos de sus grandes negocios de ámbito global. La tecnología y la innovación tienen unas señas de identidad claramente gestadas en el país más poderoso del mundo, pero las empresas que dominan la tecnología mundial, desde Microsoft hasta Google, pasando por Facebook, Amazon, Box, Apple y varios centenares más, están repletas de ciudadanos no americanos.

Se estima en un porcentaje del orden del 37% el de los técnicos y especialistas del sector tecnológico que no tiene la nacionalidad estadounidense, lo que da una idea de la importancia que la transmisión de conocimientos entre países y culturas muy diferentes está teniendo en los fenómenos de difusión de la tecnología a nivel global. Cortar el flujo de migraciones que esta globalización ha hecho posible puede dañar seriamente la expansión y difusión de la tecnología, que es el principal motor del crecimiento económico mundial. Es difícil que los obstáculos a esta difusión global del conocimiento puedan llegar a consolidarse. Por ello, la batalla de Trump contra el sentido común y los avances de la Humanidad tienen pocas posibilidades de éxito. Lo malo es que nos hará perder algo de tiempo aunque reforzará la creencia de muchos en los principios.


(*) Periodista y economista español


No hay comentarios:

Publicar un comentario