jueves, 18 de mayo de 2017

Theresa May advierte que un mal 'Brexit' sería horrible


LONDRES.- "Los próximos cinco años son los más retadores para Reino Unido desde que nací". Con esa frase de Theresa May, que tiene 60 años, comienza el programa electoral del Partido Conservador. Lo ha presentado, con su peculiar tono incitador a una comunión nacional y el acento en su propia persona y en su liderazgo recomendado por sus asesores electorales, en Halifax, con el ruido de fondo de protestas contra su partido y sus políticas.

Halifax está en una comarca del norte de Inglaterra, Yorkshire, que acogió en parte de su territorio una gran concentración de industria y minería. En esta zona en particular la prosperidad creció de la mano de la industria textil. Y la circunscripción electoral que englobó a Halifax en el referéndum de 2016 votó holgadamente en favor del 'Brexit'. May, con sus ministros escuchándola en primera fila, quiere arrebatar a los laboristas este territorio.
Si su predecesor, David Cameron, combinó una política de austeridad fiscal desde 2010 con el aliento de una 'Gran Sociedad' en la que el espíritu ciudadano y el voluntariado podría reemplazar al Estado, May es menos liberal en lo económico- quiere penalizar el exceso de salarios en directivos y más control de adquisiciones o fusiones de empresas- pero su oratoria siempre tiene presente que su objetivo es "la gente trabajadora ordinaria".
Marcaba hoy su nueva ruta, líder por primera vez. "Este es mi programa para Reino Unido", ha dicho, para crear "una gran meritocracia", "la nación que yo quiero ver". No será sencillo, porque "muchos quieren que fallemos". 
Pero el 'Brexit' es "la oportunidad de dar un paso hacia atrás y ver qué país queremos construir". Ella está convencida de que puede ser "más fuerte, más justo y más próspero que nunca en la historia", "si acertamos en el Brexit".
"Si fallamos las consecuencias para Reino Unido serán horribles. Si tenemos éxito grandes oportunidades se abrirán en el futuro". May ofrece su "optimismo de que puedo conseguir el mejor acuerdo par a todos", tras advertir de la presencia de enemigos que quieren el mal horrible para el país.
 "Uníos a mí en el viaje", ha pedido a quienes le estuvieran escuchando.
La retórica de la líder conservadora envuelve decisiones complicadas. La promesa en el programa electoral de crear un sistema de préstamo con el aval de la vivienda para pagar cuidados asistenciales de larga duración está creando hoy recelos tras ser anunciada. La decisión en el último presupuesto de aumentar los impuestos de los autónomos, que pagan bajas contribuciones si se compara con otros países, ya tuvo que ser retirada.
Medidas de gobiernos recientes que intentan enmendar los problemas de deuda y déficit provocan respuestas airadas de las clases medias, sean estudiantes universitarios, autónomos o jubilados. La eliminación del déficit se aplaza en este programa electoral a 2025. Y la reducción de inmigrantes a decenas de miles tendrá coste económico. Y el 'Brexit' ha de tener un impacto negativo al menos en el corto plazo. El viaje de May comienza con curvas peligrosas y baches.
Los laboristas de Jeremy Corbyn prometen algo diferente. Confían en el Estado para que gestione sectores económicos renacionalizados y los servicios públicos que gastarán más, y también para recaudar más impuestos a los más ricos. Los británicos eligen entre esas dos opciones principales el 8 de junio y quedan ahora tres semanas de campaña para saber si el pronóstico de una victoria de May se pone en duda.

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