PARÍS.- La
elección de Emmanuel Macron como presidente de Francia produjo hoy
nuevos movimientos tectónicos en los partidos, que ven cómo la escena
política se recompone a toda velocidad antes de los comicios
legislativos de dentro de un mes.
Figuras
relevantes del Partido Socialista (PS), como el ex primer ministro
Manuel Valls, o del Frente Nacional, como la diputada Marion Maréchal Le
Pen, han anunciado que cambiarán de aires, mientras otros como el
candidato socialista Benoît Hamon darán pasos en solitario para refundar
su corriente política.
El
movimiento creado por Macron para concurrir a las legislativas, La
República en Marcha, sembró hoy dudas sobre si aceptará o no a Valls,
después de que éste manifestase ayer su intención de integrarse en sus
filas como diputado.
El
responsable de la comisión de investiduras de la formación, Jean-Paul
Delevoye, precisó que "a día de hoy" Valls "no cumple el criterio para
que se acepte su demanda", ya que no se ha afiliado.
Reiteró
que, por el momento, "no es forzosamente oportuno para el movimiento En
Marcha integrar esta candidatura. Y al mismo tiempo, hay que analizar
la palabra de un primer ministro", en alusión a la ruptura que ha
marcado con el Partido Socialista, al considerar que éste "ha muerto".
Valls
fue también asaeteado por sus todavía correligionarios socialistas, que
recordaron que tiene abierto un expediente disciplinario en el partido
después de pedir el voto para Macron.
El
primer secretario del PS, Jean-Christophe Cambadélis, explicó que ese
procedimiento, iniciado el 6 de abril, debería resolverse en "unos días"
o en "unas semanas".
Según
su análisis, quien hasta diciembre pasado fue jefe del Gobierno se
enfrenta a "un problema muy simple: quiere ir a La República en Marcha y
La República en Marcha no lo quiere. Al final va a quedarse sin apoyo".
El
movimiento "macronista" tiene previsto anunciar mañana los candidatos
que presentará para las 577 circunscripciones electorales que tiene el
país, con el objetivo de conseguir una mayoría absoluta que le permita
aprobar las reformas que propone el nuevo presidente.
Por ahora las encuestas le dan la victoria en los comicios del 11 y el 18 de junio, aunque lejos de la mayoría absoluta.
Sumido
en una crisis existencial, el Partido Socialista trata de recomponerse,
tras aprobar ayer un programa común que abandona varias de las
propuestas estrellas de su exaspirante Hamon, que obtuvo un magro 6 % de
los votos en las presidenciales.
Tal
vez por esa renuncia a algunos de sus postulados el propio Hamon
proclamó hoy que el próximo 1 de julio, tras las legislativas, lanzará
un nuevo movimiento para refundar la izquierda, aunque sin abandonar el
partido.
"Seguiré
defendiendo las ideas que llevaba en mi campaña sobre la ecología o la
renta universal, puesto que serán fecundas", resaltó.
Precisamente,
el líder de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, tendió hoy la
mano a Hamon a unirse a él, aunque le exigió para ello "romper" antes
sus vínculos con el Partido Socialista.
Mélenchon
será candidato en las legislativas por alguna de las circunscripciones
en Marsella, donde terminó como el más votado en la primera vuelta de
las presidenciales, con el objetivo de "combatir implacablemente" a
Macron.
La
Francia Insumisa, la plataforma fundada por el izquierdista, ha roto su
alianza de cara a las legislativas con el Partido Comunista Francés
(PCF), que ya le dio un apoyo a regañadientes antes de las
presidenciales.
El
movimiento acusó al secretario nacional del PCF, Pierre Laurent, de
"romper las discusiones sobre las candidaturas a las elecciones
legislativas", al lanzar su propia campaña de todos sus aspirantes con
la etiqueta del partido.
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