SIDNEY.- La migración a países ricos
para trabajos agrícolas o el cuidado de ancianos es una de las pocas
vías de las islas del Pacífico para aliviar sus empobrecidas economías,
las más expuestas a los efectos del cambio climático.
El fenómeno es detectable en países como Kiribati y Tuvalu, que cuentan
con 112.000 y 11.000 habitantes, y padecen una limitada actividad
económica y graves problemas en el abastecimiento de alimentos y agua
potable agravados por el aumento del nivel del mar.
La crecida de las aguas ha llevado a Kiribati,
cuyo terreno se eleva apenas dos metros, a comprar tierras en otros
países como Fiyi mientras una veintena de sus habitantes han pedido sin
éxito que Nueva Zelanda les reconociera como refugiados climáticos.
El calentamiento global no solo amenaza la integridad física de estas
naciones insulares sino que puede suponer un duro golpe a sus economías
por los efectos negativos en los principales sectores en los que se
sustentan: la agricultura, la pesca y el turismo.
El Banco Asiático de Desarrollo ha llegado a cifrar ese impacto hasta
en un 12,7 por ciento del PIB de esos países a fines de siglo.
"Debemos vislumbrar soluciones en ese contexto (de los efectos del
cambio climático), y como vías está la migración voluntaria o la
expansión de la movilidad laboral", dijo el director para las
islas del Pacífico del Banco Mundial, Michel Kerf.
Esta institución financiera estima que una mayor apertura de países
como Australia, Nueva Zelanda o incluso China permitiría a trabajadores
temporales del Pacífico generar unos 10.000 millones de dólares en
ingresos netos hasta 2040.
"Podría suponer
unos 1.000 millones de dólares anuales en remesas de más con respecto al
escenario actual o que el crecimiento de los ingresos por cápita por lo
menos se duplique", añadió Kerf.
Estas
remotas naciones tienen dificultades para crear una gran cantidad de
empleos, sus economías son muy pequeñas y el transporte es caro y
difícil.
"Pero, si no se puede llevar los empleos a la gente, entonces se puede llevar a la gente hacia los empleos", remarcó Kerf.
Para ello el BM recomienda una serie de reformas migratorias para
promover la movilidad de los trabajadores de la región recogidas en el
estudio "Movilidad laboral: el premio de los diez mil millones de
dólares" del proyecto Pacífico Posible de la institución.
Los isleños tienden a quedarse en sus países de origen y en total solo
hay 420.000 inmigrantes nacidos en el Pacífico, la mayoría de Fiyi y
Tonga, dispersos en los países de la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económicos (OCDE).
Kerf
destaca la importancia de expandir la movilidad laboral en Kiribati y
Tuvalu, países que tienen una movilidad de un 1 por ciento debido a la
falta de lazos con los mercados desarrollados y la falta de una diáspora
que facilite su migración temporal.
El BM
señala las oportunidades para los isleños, sobre todo las mujeres, en
sectores como el cuidado de ancianos en Australia y Nueva Zelanda donde
los mayores de 80 años representan un 7,4 % del total de población y su
número casi se doblará entre 2015 y 2040.
El
organismo financiero también destaca las opciones en trabajos
temporales en el sector agrícola australiano y neozelandés pese a la
competencia de turistas con permisos de trabajo y "sin papeles".
En todo caso, Kerfadvierte que la promoción de la movilidad laboral
debe procurar que "se evite una fuga de cerebros del Pacífico y que las
personas que se quedan puedan realizar las labores de los que se
fueron".
No hay comentarios:
Publicar un comentario