MONTREAL.- Miles de afectados y evacuados,
escuelas y oficinas públicas cerradas, el ejército movilizado: Canadá
atraviesa las peores inundaciones en medio siglo, si bien las
autoridades se muestran esperanzadas en que el nivel de las aguas
empiece a estabilizarse.
El pico de la crecida se alcanzó al este de Quebec,
en una zona entre Gatineau, ciudad que se halla frente a la capital
federal, Ottawa (Ontario, centro) sobre el río de los Outaouiais, y
Montreal, a 200 km río abajo, anunció el lunes Martin Coiteux, ministro
quebequense de Seguridad Civil.
El nivel de las aguas se estabilizó prácticamente y
"a partir del miércoles se comenzará a sentir una mejora gradual de la
situación", declaró el ministro provincial.
A lo largo de todo su terreno, situado en la calle
River de Pierrefonds, 30 kilómetros al oeste de Montreal, Johanne Aubin
ha construido un mini-dique con sacos de arena.
En los alrededores, las calles se confunden con el
Río de las Praderas, cuyo cauce se encuentra a un centenar de metros de
ahí, y los residentes se desplazan en canoa o en barca, esquivando las
señales de tráfico que sobresalen de las aguas.
Al amparo del estado de emergencia decretado en
Montreal, y prolongado cinco días suplementarios, la policía puede
desalojar por la fuerza a los habitantes que se resistan a abandonar su
domicilio.
Las evacuaciones a veces se hacen "de forma brusca",
confía David Swidzinski, que, a bordo de su barca, transporta a
los habitantes que se fueron de sus casas con las manos vacías para que
puedan recuperar algunos efectos personales.
Muchos se encuentran "en lágrimas. Les he llevado a sus casas para que tomen sus maletas", explica.
En su último boletín, Emergencia Quebec indicó que
había 2.500 residencias inundadas en 146 localidades, y más de 1.500
personas habían sido evacuadas, la mitad de ellas en Gatineau.
Una combinación de fuertes precipitaciones y
escurrimiento por el derretimiento de la nieve ha provocado un desborde
de los ríos de Ottawa y Montreal, imponiendo importantes desafíos a los
habitantes ya agotados por semanas de interminables lluvias.
El ejército, que ya había desplegado 450 efectivos el
sábado, triplicó esa cifra el domingo, con soldados que asisten en las
evacuaciones y contribuyen a llevar sacos de arena para erigir diques y
proteger las viviendas. El brigadier general Hercule Gosselin anunció el
lunes el despliegue de más militares, es decir "1.650 soldados que
estarán dedicados a apoyar directamente las operaciones de seguridad
civil".
Los soldados están ahí "para ayudar a los
civiles a crear muros de sacos de arena para impedir que el agua entre
en el interior de sus casas, y para limitar los daños cuanto sea
posible", explicó el cabo primero Bobby Lavoie.
El primer ministro Justin Trudeau viajó el
domingo a Terrasse-Vaudreuil, unos 40 km al oeste de Montreal, para
constatar los daños, dijo un portavoz.
"Nunca había visto tanta agua entre Ottawa y
Montreal", estimó este lunes Sophie Grégoire-Trudeau, esposa del primer
ministro, en la cadena RDI.
La agencia ambiental canadiense advirtió que
"el terreno, ya cerca de la saturación, tiene poca capacidad para
absorber más lluvias".
"Incluso aguas poco profundas que atraviesen
con velocidad una calle son capaces de arrastrar a un vehículo o una
persona", agregó, y exhortó a no acercarse a los ríos, arroyos y
alcantarillas.
En Rigaud, 50 km al este de Montreal, el
alcalde, Hans Gruenwald, ordenó la evacuación obligatoria de un centenar
de viviendas. Tras casi tres semanas bajo agua, "a la gente ya no le
queda capacidad física ni moral y tomé la iniciativa de evacuarla", dijo
a la cadena de televisión LCN.
Al otro lado de Canadá, en la Columbia
Británica (oeste), se daba la misma combinación de precipitaciones y
nieve derretida, provocando inundaciones y deslaves que han dejado al
menos dos desaparecidos, incluyendo el jefe de bomberos de la localidad
de Cache Creek, que había salido a comprobar el nivel de las aguas.
En tanto, un hombre de 76 años desapareció
luego que un deslave arrasó el sábado con su vivienda en la comunidad de
Tappen, informó CBC, y los socorristas corrieron al lugar pero se
vieron obligados a retroceder.
"Sonaba como un tren de carga que bajaba de
la montaña", dijo el jefe de bomberos de Tappen-Sunnybrae, Kyle
Schneider, a la cadena.
Desde el domingo por la noche se encuentran
desaparecidos un hombre de 37 años y su hija de dos, cuyo coche fue
arrastrado por un río desbordado cerca de Sainte-Anne-des-Monts (este de
Quebec).
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