CARACAS.- La Asamblea Constituyente
impulsada por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, enfrenta la
amenaza de sufrir medidas económicas de Estados Unidos y una escalada de
protestas opositoras, que incluye un paro cívico.
"Estados
Unidos no se quedará pasivo mientras Venezuela se desmorona. Si el
régimen de Maduro impone su Asamblea Constituyente el 30 de julio,
Estados Unidos tomará rápidas y fuertes medidas económicas", afirmó
Trump este lunes en una nota oficial, sin detallar el alcance de las
medidas.
Según Trump, el plebiscito simbólico organizado por la
oposición el domingo, en el que 7,6 millones de personas votaron contra
la Constituyente, "dejó claro" que ese sector "está en favor de la
democracia, la libertad y el imperio de la ley".
Sin embargo, añadió el mandatario, esas acciones "siguen
siendo ignoradas por un mal líder que sueña con convertirse en un
dictador".
Luego, el Departamento de Estado instó a los países de la región a pedir a Maduro suspender la Constituyente.
"Hay que desmontar
la constituyente para lograr solución negociada, rápida y pacífica en
Venezuela", expresó en Twitter el presidente de Colombia, Juan Manuel
Santos.
Animada por el plebiscito, la oposición anunció el inicio
de la "hora cero" para precipitar un desenlace del conflicto, tras casi
cuatro meses de protestas que dejan 96 muertos.
El paro cívico
-suspensión de actividades formales e informales- será un "mecanismo de
presión y preparación para la escalada definitiva que será la próxima
semana", dijo este lunes el diputado Freddy Guevara en rueda de prensa
de la oposición, al proclamar la votación como un "triunfo
extraordinario".
Como parte del plan, el Parlamento de mayoría opositora
nombrará el viernes a nuevos magistrados del Tribunal Supremo de
Justicia (TSJ), al que acusa de dar un "golpe de Estado" con fallos que
socavaron sus poderes.
Además, la coalición opositora Mesa de la
Unidad Democrática (MUD) firmará el miércoles un compromiso para un
futuro "gobierno de unión nacional".
El
politólogo Luis Salamanca considera que las medidas de la MUD "son
necesarias, pero no suficientes" para frenar la Constituyente.
"¿Qué le puede hacer entender eso? Una declaración institucional de la Fuerza Armada", dijo.
El
gobierno de Maduro, cuyo principal sostén son los militares, considera
"ilegal" el plebiscito, por no tener aval del poder electoral, acusado
de oficialista.
Pese a sus planes de profundizar el conflicto, la
MUD se dijo dispuesta a dialogar si Maduro retira el proyecto, con el
que asegura el presidente quiere consolidar "una dictadura".
El domingo, Maduro llamó a los opositores a no volverse "locos" con los resultados del plebiscito y "sentarse a hablar".
A
fines del año pasado y tras fuertes tensiones, el gobierno y la
oposición abrieron un diálogo, con el auspicio del Vaticano, pero la
negociación duró apenas un mes, pues ambos se acusaron de incumplir los
acuerdos.
La consulta opositora
contó con apoyo de Naciones Unidas, la Organización de Estados
Americanos (OEA), Estados Unidos y gobiernos de América Latina y Europa.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, llamó a "asumir" que una mayoría rechaza cambiar la Constitución.
La Unión Europea (UE), así como los gobiernos de España,
Alemania, Canadá, México y Brasil, pidieron a Maduro suspender o
reconsiderar la convocatoria.
El mandatario rechazó esos llamados y llamó "insolente" a la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini.
Santos y su colega cubano, Raúl Castro, se reunieron en La Habana, y según Bogotá, abordarían la situación venezolana.
Los
expresidentes Jorge Quiroga (Bolivia), Vicente Fox (México), Andrés
Pastrana (Colombia), Laura Chinchilla y Miguel Ángel Rodríguez (Costa
Rica), observadores del proceso, pidieron a la comunidad internacional
avalar el plebiscito para evitar más violencia.
En
un pulso con la oposición, el oficialismo movilizó masivamente a sus
seguidores el domingo en un simulacro de la elección de la
Constituyente, que el gobierno calificó de "histórico" por su
participación.
El canciller Samuel Moncada acusó a la prensa
internacional de no haber dado visibilidad al simulacro, y a la
oposición de inflar los resultados del plebiscito.
"En Australia votaron hasta los canguros", ilustró el dirigente chavista Jorge Rodríguez, lo que calificó de "fraude".
Pero
la MUD sostiene que el plebiscito evidenció la voluntad del país de
sacar a Maduro con votos antes de que termine su gestión en enero de
2019.
En
las últimas elecciones, las parlamentarias de 2015, la MUD arrasó con
7,7 millones de votos de un total de casi 20 millones de electores,
quebrando una hegemonía chavista, entonces de 17 años..
Según
Datanálisis, un 70% de venezolanos rechaza la Constituyente y un 80% la
gestión de Maduro, a quien responsabilizan de la severa crisis
económica.
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