CARACAS.- El Gobierno socialista de Venezuela rechazó el
martes el intento "imperial" de sanciones desde Estados Unidos, que
amenazó con imponer "fuertes medidas económicas" si el presidente
Nicolás Maduro continúa con su plan de llevar a cabo una controvertida
Asamblea Constituyente para reescribir la carta magna.
El
canciller venezolano, Samuel Moncada, dijo que su país seguirá adelante
con la elección de los constituyentes, prevista para el 30 de julio, y
agregó que harán una "revisión profunda" de sus relaciones con el país
del norte, en el que no tiene embajador desde 2010.
"Este
es un día tenebroso, oscuro en las relaciones, no sólo entre Venezuela y
Estados Unidos, sino entre Latinoamérica y Estados Unidos", dijo
Moncada leyendo un comunicado.
"Hacemos un
llamado a los pueblos de América Latina y el Caribe y a los pueblos
libres del mundo a entender la magnitud de la brutal amenaza contenida
en este comunicado imperial y a defender la soberanía, la
autodeterminación y la independencia", agregó el recién nombrado
canciller de Venezuela.
El domingo, la
oposición consiguió que 7,6 millones de venezolanos votaran en un
plebiscito no vinculante para rechazar la Constituyente porque creen que
significa la consumación de una "dictadura" en su país
Y,
envalentonada por la masiva votación, la treintena de partidos
contrarios a Maduro convocó a un paro de 24 horas el jueves y a
protestar con más vehemencia y continuidad que durante los tres meses
previos de manifestaciones callejeras.
Varios
gobiernos de América Latina, incluido Brasil, saludaron la consulta
opositora y pidieron que se respete la voluntad popular, pero Estados
Unidos fue más allá al asegurar que si el Gobierno no cancela la
Constituyente, llegarán "fuertes medidas económicas".
"Es
un acto de soberanía política de la República", dijo Moncada
respondiendo a Estados Unidos y otros países. "Nada ni nadie podrá
detenerla, la Constituyente va".
Las relaciones
entre Estados Unidos y Venezuela han sido tirantes desde 1999, cuando
el fallecido Hugo Chávez asumió la presidencia del país sudamericano.
Sin embargo, nunca llegaron a romper relaciones comerciales y el país
del norte se mantiene como el principal mercado para el crudo
venezolano.
Un
funcionario del Gobierno de Donald Trump dijo que
"todas las opciones están sobre la mesa" para lidiar con la crisis en
Venezuela: desde sanciones al sector energético del país, incluyendo la
estatal PDVSA, hasta medidas contra funcionarios públicos.
"Por
ahora, no se ha tomado una decisión final en cuanto a la fecha o
extensión de las sanciones que podrían ser impuestas", dijo el
funcionario que solicitó el anonimato.
En los
últimos años, varios miembros del Gobierno socialista de Venezuela han
sido sancionados por cargos que van desde tráfico de drogas hasta
violaciones a los derechos humanos. El más reciente fue el
vicepresidente Tareck El Aissami.
Sin embargo, las sanciones contra individuos no tendrían el mismo peso que un castigo económico.
Venezuela
depende casi enteramente de sus exportaciones petroleras, de donde
obtiene alrededor del 95 por ciento de sus ingresos en divisas. El país
exporta unos 780.000 barriles por día (bpd) de crudo a Estados Unidos
que, junto con India, son de los pocos clientes que le pagan mayormente
en efectivo.
Entidades de China, el segundo
mercado más importante para el petróleo venezolano, reciben unos 485.000
bpd de Venezuela, principalmente como pago de millonarios préstamos.
"Un
embargo petrolero de Estados Unidos sobre Venezuela implicaría perder
el 75 por ciento de las exportaciones (11.000 millones de dólares
anuales) gracias a la Constituyente de Maduro", dijo el diputado
opositor Ángel Alvarado en Twitter.
"Nadie
quiere el embargo petrolero. Lo que quiere el venezolano es que Maduro
desista de la Constituyente. ¡Oigan al pueblo que habló el domingo!",
agregó el también economista.
La fuente de la administración
Trump también habló de posibles sanciones a la estatal Petróleos de
Venezuela (PDVSA). Sin embargo, las penalidades tendrían un impacto
comercial mínimo, tal y como sucedió en el 2011 cuando Estados Unidos
sancionó a PDVSA por venderle gasolina a Irán.
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