sábado, 15 de julio de 2017

Draghi moderará el tono tras la mano dura mostrada en Sintra

LONDRES.- No se esperan grandes cambios de la reunión del Banco Central Europeo el próximo jueves, pero sí podrían producirse algunos ajustes. 

Probablemente, los responsables de política monetaria del BCE medirán su retórica a medida que se encaminan a una normalización después de años de fuertes estímulos posteriores a la crisis.
El banco central podría hacer referencia a su disposición para incrementar el volumen o duración del programa de recompra de activos antes de anunciar en otoño cómo y cuándo comenzará a ir reduciendo las compras de bonos.
Pero tras la reacción al discurso pronunciado en la localidad portuguesa de Sintra, abriendo la posibilidad de cambios en el agresivo estímulo del BCE, su presidente Mario Draghi será más cauteloso para no hacer saltar las alarmas sobre un repliegue de sus políticas.
Las declaraciones de Draghi en Sintra hicieron subir notablemente al euro y la rentabilidad de los bonos, y provocaron cierta matización.
"Esperamos que los ajustes graduales en la comunicación de Draghi continúen la semana que viene", dijeron en un informe analistas de Nordea.
"Hasta ahora, el BCE ha tenido un sesgo implícito hacia un incremento del volumen del programa de compra de activos, pero esta postura podría cambiar a una más neutral, ya que el BCE tratará de suavizar el camino de comunicación hacia el próximo anuncio de retirada gradual de estímulos en otoño", añadieron.
Mencionando el nerviosismo producido por el discurso de Draghi en Sintra y los recientes ajustes en la retórica de la Reserva Federal estadounidense, estos expertos dijeron: "Será también interesante ver las reacciones del mercado antes y después de la reunión... Draghi tendrá que allanar el camino para una retirada de estímulos posterior sin asustar demasiado al mercado de bonos".
La mitad de los analistas consultados por Reuters esperan ahora que el BCE anuncie en septiembre que va a reducir gradualmente la compra de activos, un proceso conocido en inglés como "tapering" o retirada de estímulos monetarios, mientras que una cuarta parte ve una reducción única y el resto no espera ningún cambio.
    La reunión del 7 de septiembre incluirá nuevas previsiones de inflación y crecimiento del personal del BCE.
Reuters publicó el viernes que tres fuentes dijeron que el BCE es reacio a fijar una fecha firme para dejar en cero las compras de activos a fin de poder tener flexibilidad en caso de que las variables económicas, particularmente el crecimiento de los salarios, no alcancen las expectativas.
    Hasta ahora, el BCE ha dicho que sus compras seguirán ejecutándose al ritmo actual hasta diciembre de 2017 "o más allá, si fuese necesario", seguido de una fase de retirada gradual.
Mientras que el crecimiento de la zona euro está en su mejor momento desde el inicio de la crisis financiera global hace una década y el desempleo está cayendo más rápido de lo esperado, el anémico crecimiento de los salarios sigue anclando la inflación muy por debajo de la meta del BCE de cerca del 2 por ciento.
    Las previsiones actuales indican que la inflación seguirá siendo débil al menos hasta finales de 2019.
También se reúnen el miércoles y jueves los responsables monetarios del Banco de Japón, que previsiblemente mantendrán su política monetaria ante un repunte gradual de la actividad económica del país que probablemente quedará reflejado en una actualización al alza de las perspectivas de crecimiento del banco central.
En Reino Unido, donde los responsables del Banco de Inglaterra están divididos entre subir los tipos de interés y al menos uno aboga por un repliegue temprano del programa de compra de activos de 435.000 millones de libras ($566.850 millones), se mirarán con lupa las cifras de inflación británicas que se publican el martes.

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