miércoles, 12 de julio de 2017

El G20, ¿Hamburgo, Merkel o Trump-Putin? / Luis Alcaide *

La UE lle­gaba al G.20 con un “acuerdo de prin­ci­pios” con Japón en el que hay cues­tiones to­davía ob­jeto de ne­go­cia­ción, las ga­ran­tías para las in­ver­sio­nes, por ejem­plo. Acuerdo que so­la­mente se ce­rrará des­pués de su ra­ti­fi­ca­ción por los par­la­mentos de los es­tados miem­bros, in­cluido el del propio Japón. Acuerdo, que en todo caso cons­ti­tuye una señal para el “amigo” ame­ri­cano: La UE y Japón apuestan por más aper­tura en sus tran­sac­ciones eco­nó­mi­cas. 

En la cumbre de Hamburgo, la anfitriona Merkel tenía que demostrar su condición de líder europea, también mundial, atrayendo a su causa –libertad de comercio y medio ambiente- al máximo de otras delegaciones. Todo ello cuidando de no desairar al presidente norteamericano relegándole a un rincón en este momento de la historia.

El objetivo del comercio libre habría que matizarlo, el comercio sería libre pero sin apoyos artificiales. En el comunicado emitido por los asistentes a la cumbre del G.20 se dice: “El comercio y las inversiones internacionales son importantes instrumentos para promover crecimiento, productividad, innovación, creación de empleo y riqueza. Mantendremos los mercados abiertos y continuaremos la lucha contra el proteccionismo, incluyendo las prácticas desleales y reconociendo el papel que tiene cada estado de aplicar legítimos medios en defensa de sus intereses”.

En el contencioso del cambio climático el comunicado también acude a un lenguaje sofisticadamente ambiguo: “Tomamos nota de la decisión de los EEUU de retirarse del acuerdo de París… que, sin embargo, afirma su determinación de reducir las emisiones contaminantes y de trabajar con otros países en el desarrollo de fuentes limpias de energía”. El acuerdo de París sigue siendo un compromiso irrenunciable pero los EEUU tienen libertad de seguir sus propias iniciativas.

Ambigüedad también en lo que refiere al contencioso del acero. La administración norteamericana ha amenazado con bloquear las importaciones de acero, incluidas las procedentes de Europa, por motivos de seguridad nacional. La Declaración del G.20 en el epígrafe sobre el “Exceso de Capacidad” en sectores industriales incluye una llamada a los miembros del Global Forum on Steal Excess Capacity para que cumplan sus compromisos de exceso de capacidad en la industria del acero.

En los aledaños del G.20 quedaban temas espinosos como el Oriente Medio y la intervención de rusos, estadounidenses y europeos. También estaba Ucrania y las sanciones a Rusia así como la garantía de abastecimiento de hidrocarburos a los países del este de Europa.

En la visita a Polonia, incluido el entusiasta recibimiento dispensado al presidente Trump, este había comprometido su palabra de garantizar los suministros con gas norteamericano si se producía alguna irregularidad en el abastecimiento ruso.

Trump no ha quedado aislado y Putin ha sumado muchos puntos. Revisión de la situación en Ucrania, península de Crimea incluida, con objeto de que sean reconsideradas las sanciones impuestas por Occidente a Rusia. En el conflicto sirio el inmediato acuerdo de alto al fuego en el suroeste del país es un paso firme para que el dictador sirio, El Assad, continúe como presidente de la república.

Los propósitos europeos quedan postergados y en cuanto al suministro de gas en los países del este de Europa, el compromiso norteamericano de contrarrestar cualquier fallo en los envíos rusos de gas no queda suficientemente garantizado. Rusia podría imponer su ley de único suministrador, controlando los envíos y los precios.

Un acercamiento ruso-estadounidense en el que Putin ha asegurado sus posiciones. El precio pagado resulta ridículo; la aceptación de una injerencia informática en algunas empresas eléctricas de EEUU, pero ninguna actuación que empañase el resultado de la campaña presidencial.

Ahora bien esta injerencia en las eléctricas no deja de ser asunto grave desde el momento en que este tipo de compañías son consideradas “utilities” de los EEUU es decir un servicio público gestionado por empresas privadas. Una intromisión en el sistema institucional público con el enorme riesgo de desabastecimiento, pero políticamente menos grave que aceptar una injerencia en el desarrollo del proceso electoral a la presidencia.

Trump ha querido quedar libre de cualquier sospecha de manipulación por parte de Rusia. Putin ha conseguido consolidar sus posiciones en Siria y Ucrania. El G.20 se ha reservado la retórica: “Nosotros los dirigentes en el G.20 reunido en Hamburgo, Alemania en los días 7-8 de julio de 2017, para afrontar los grandes desafíos económicos que plantea la economía global y con el propósito de contribuir a la prosperidad y al bien estar general”. Hermosos principios y muchas dudas: “¿Cuánto durará la luna de miel entre Trump y Putin y si la Europa de la UE será capaz de liderar una economía internacional que además de garantizar el libre comercio mantenga la prosperidad y recorte las desigualdades?”. La economía europea camina con paso firme, las dudas sobre EEUU y Rusia aumentan…



(*) Economista del Estado en España

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