viernes, 7 de julio de 2017

La crisis de los opiáceos está perjudicando las perspectivas del mercado laboral estadounidense

NUEVA YORK.- El abuso de opiáceos mata aproximadamente a 100 estadounidenses cada día. Esta problemática vinculada a las drogas, además de provocar la escalada de una crisis sanitaria, puede tener importantes consecuencias para el mercado laboral.

“La epidemia de opiáceos está relacionada con la disminución de la participación de trabajadores en edad productiva, especialmente en el caso de varones, y esto refuerza nuestras dudas sobre un repunte en la tasa de participación”, señaló Jan Hatzius de Goldman Sachs.
La tasa de participación laboral (LFPR), es decir, el porcentaje de población activa que trabaja o busca trabajo, actualmente es del 62,7%. Por lo que es considerablemente menor al 67% alcanzado veinte años atrás, y es la segunda tasa más baja de entre todos los países de la OCDE.
Es importante destacar que la proporción de hombres en edad productiva (entre 25 y 54 años) se ha reducido de forma significativa. La tasa de participación para este sector de la población ha caído del 98% en 1954 al 88% actual.
Algunos economistas han especulado que la recuperación de la tasa de participación podría ayudar a impulsar el crecimiento económico. Sin embargo, Hatzius se pregunta exactamente cuántas de estas personas están realmente cualificadas para trabajar.
“Cuando miramos al futuro, la principal cuestión económica es qué repercusiones tiene la crisis de las drogas para las perspectivas de empleo de los trabajadores estadounidenses”, apuntó. “¿La epidemia de las drogas implica que muchos de los estadounidenses restantes que conforman el grupo de los que no trabajan son prácticamente inempleables? ¿Podría la tasa de desempleo exagerar el verdadero déficit?”.
El libro beige de mayo de la Reserva Federal hace referencia a informes que revelan que los solicitantes de empleo para ciertos puestos de baja cualificación no superaron los tests de drogas. Esto ocurre en un momento en que empleadores tienen muchas dificultades para cubrir vacantes, las cuales se encuentran en un nivel récord.
El economista Alan Krueger ha mostrado que casi el 50% de los hombres en edad productiva que están en situación de desempleo toman analgésicos todos los días. Esto se corresponde con los datos citados por Goldman Sachs, los cuales mostraron que de todos los ingresos a servicios de tratamientos por abuso de sustancias, el 47% correspondía a personas desempleadas.
Por supuesto, las consecuencias económicas de la epidemia de opiáceos se extienden al mercado laboral. Hay estudios que muestran que la epidemia de opiáceos ha reducido la productividad de los trabajadores y aumentado los costes sanitarios. De hecho, un estudio citado por Goldman estimaba un costo total de 80.000 millones de dólares en 2013. Desde entonces, la crisis ha aumentado de forma considerable.
Parece poco probable que este problema desaparezca en el corto plazo. En la actualidad, cada año se prescriben tantos opiáceos en Estados Unidos como adultos hay en el país. Con solo un 5% de la población mundial, los Estados Unidos consumen el 80% de opiáceos. Y el impacto de esta situación va mucho más allá de la salud y el bienestar de la población.

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