SEÚL.- Confederaciones
de empresarios surcoreanos manifestaron hoy su preocupación por el
acuerdo alcanzado en la víspera para incrementar el salario mínimo en el
país en un 16,4 %, la mayor subida en casi 20 años, ante el temor de
que dañe a las pymes.
"Ha
sido una decisión que ignora a las pequeñas y medianas empresas, que ya
de por sí están luchando por sobrevivir en un entorno económico muy
duro", dijo en un comunicado publicado hoy la Federación de Empleadores
de Corea (KEF).
"Pese
a que hay consenso social con respecto a la necesidad de subir el
salario mínimo, si la subida es muy aguda, la carga recae principalmente
sobre los pequeños empresarios y puede dañar la creación de empleo",
dijo a la agencia Yonhap un representante de la Cámara de Comercio e
Industrial (KCCI).
Un
comité conjunto del Gobierno, los sindicatos y las patronales aprobaron
ayer incrementar el salario mínimo por hora trabajada en 2018 hasta los
7.530 wones (6,66 dólares), un 16,4 % más con respecto al acordado para
este 2017, que a su vez ya supuso un incremento del 7 % interanual.
La subida para 2018 es la mayor en la cuarta economía de Asia desde que el sueldo mínimo aumentó un 16,6 % en el año 2000.
El
ministro surcoreano de Finanzas, Kim Dong-yeon, prometió hoy inyectar
unos 3 billones de yenes (unos 2.655 millones de dólares) en incentivos
para las pymes de cara a blindarlas frente al aumento salarial, que
recordó que es básico para incrementar los ingresos en los hogares.
También
explicó que mejorará para estas empresas las condiciones actuales de
arrendamiento de superficies y que blindará las condiciones de los
contratos durante los próximos 10 años.
El
presidente, Moon Jae-in, que llegó al cargo el pasado mayo, se ha
comprometido a incrementar el salario mínimo por hora trabajada hasta
los 10.000 wones (8,85 dólares) para antes de que acabe su mandato en
mayo de 2022 de cara a reducir la creciente desigualdad en el país
asiático.
La
decisión del comité conjunto se produce en un momento en el que los
trabajadores de los gremios de los dos grandes fabricantes de vehículos
surcoreanos, Hyundai Motor y su subsidiaria Kia Motors (cuyos sindicatos
están entre los más influyentes del país), han amenazado con una huelga
si fracasan las negociaciones salariales.
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