LONDRES.- Llegó al poder para
calmar las aguas tras la tormenta del triunfo del Brexit, pero, un año
después, una Theresa May debilitada ha creado más incertidumbre a la
salida británica de la Unión Europea.
La primera ministra
conmemorará este martes el primer aniversario de su llegada a Downing
Street con un discurso en el que tenderá la mano a la oposición
laborista para que le ayude a materializar el Brexit, tras haber perdido
la mayoría absoluta parlamentaria en unas elecciones adelantadas por
decisión propia.
Entre rumores de un golpe de su propio partido,
May acepta que "la realidad que afronto ahora como primera ministra es
diferente" a la de antes de las elecciones del 8 de junio.
Así que, les digo a los otros partidos de la Cámara de los
Comunes (...) que den un paso al frente con sus propias ideas y puntos
de vista sobre cómo podemos afrontar estos desafíos como país",
afirmará.
May tomó las riendas el año pasado cuando su predecesor, David Cameron, dimitió tras la derrota de su posición en el referédum.
La
sobria hija de un vicario parecía la mejor apuesta para sanar las
heridas en un Partido Conservador profundamente dividido por el
referéndum.
Pero su gobierno se ha visto obligado a dar marcha
atrás en sus planes en varias ocasiones y su apuesta por adelantar las
elecciones se volvió contra ella espectacularmente.
Varias de las
líneas rojas que trazó para las negociaciones con Bruselas están también
bajo amenaza porque elementos relevantes de su partido quieren un
acercamiento más moderado y su voz ha cobrado importancia tras el revés
electoral.
La última batalla entre los partidarios de lo que se ha
dado en llamar el Brexit "duro" o el "blando" es la pertenencia al
organismo regulador europeo de la energía atómica, Euratom, así como la
tutela de la Corte Europea de Justicia.
Varios
diputados conservadores avisaron de que se rebelarán contra los planes
de May de retirarse de Euratom, después de que los médicos británicos
avisaran de que podría perjudicar al tratamiento del cáncer si el Reino
Unido pierde acceso a los isotopos radiactivos necesarios para algunas
pruebas, que hasta ahora le llegaban de Francia, Alemania u Holanda.
El
gobierno también parece presionado para abandonar su determinación a
salir de la jurisdicción de la Corte Europea de Justicia a partir del
momento en que el país abandone la UE, en 2019.
Las divisiones
pueden hacerse visibles el jueves, cuando el gobierno publique su Ley de
Derogación, para adoptar, enmendar o derogar las leyes y directivas
europeas ahora en vigor.
Vince Cable, miembro del proeuropeo
partido Liberal Demócrata, estimó que todas las dudas que se están
generando podrían acabar frustrando la salida de la UE.
"Estoy empezando a pensar que quizas el Brexit nunca ocurra", dijo a la BBC el domingo.
"Los
problemas son tan gigantes, las divisiones en los dos principales
partidos tan enormes, que puedo vislumbrar una situación en la que no
ocurra", estimó.
El clima enrarecido entre los conservadores llevó
al antiguo líder del partido y exministro de Relaciones Exteriores
William Hague a preguntarse, en lo que parecía un dardo a May: "¿vale la
pena librar una gran pelea para defender una versión 'más pura' del
Brexit? No, por supuesto que no".
En su artículo en el Daily Telegraph, Hague pidió a los diputados conservadores "que eviten sacudir este bote tan frágil".
La
ascendencia de May sobre el Parlamento sufrió otro golpe el lunes,
cuando una diputada conservadora, Anne Marie Morris, usó un epíteto
racista en una reunión pro-Brexit y fue suspendida de la bancada
conservadora.
Los rumores de asonada contra May han crecido en las
últimas semanas y una de las alternativas más mencionadas es la del
ministro a cargo del Brexit, David Davis, que ha desestimado aventuras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario