WASHINGTON.- Las últimas medidas migratorias del presidente Donald Trump han llevado a
su antecesor, Barack Obama, a romper su silencio desde que abandonó la
Casa Blanca. El expresidente de EEUU ha advertido que "los valores
estadounidenses están en peligro", al tiempo que señaló estar "alentado"
por el compromiso social en el país contra el veto migratorio del
mandatario republicano.
Una ola de protestas y críticas a la que también
se han unido los máximos directivos de importantes empresas de Estados Unidos y que
tampoco parece gustar a Wall Street, que este lunes ha experimentado
fuertes caídas. El Dow Jones perdía a media sesión un 0,69% y se situaba
por debajo de los 20.000 puntos. Un mensaje que ha tenido un gran eco
en los medios financieros es el de Lloyd Blankfein, director general de
Goldman Sachs, líder mundial de banca de inversión, quien ha escrito a
sus empleados en alusión al polémico decreto del presidente: "No es una
política que apoyemos".
Trump anunció el viernes una orden para cerrar temporalmente la
entrada a Estados Unidos de refugiados e inmigrantes de siete países de
mayoría musulmana, amparándose en la necesidad de proteger al país del
posible ingreso de terroristas. La medida ha generado caos en los
aeropuertos del país y protestas públicas en muchas ciudades por parte
de manifestantes que piensan que la decisión está en contra de la
tradición estadounidense de acoger a refugiados y ciudadanos de otros
países.
Además, está la cuestión de grandes ejecutivos, profesores
universitarios, líderes empresariales que residen en Estados Unidos y le
aportan sus conocimientos y experiencia pero que proceden de los países
incluidos en la lista negra de Trump.
Obama ha roto su silencio este lunes a través de un comunicado de su
portavoz, Kevin Lewis, en el que ha advertido de que “los valores
estadounidenses están en juego”. En este sentido, ha dicho entender que
haya personas “ejerciendo su derecho constitucional a reunirse,
organizarse y hacer oír sus voces” frente a las autoridades. “En
relación a las comparaciones con la decisiones de política exterior de
Obama, como hemos oído antes, el expresidente discrepa radicalmente con
la idea de discriminar a individuos por razones de fe o religión”, ha
añadido Lewis en la nota, recogida por el portal de noticias Politico.
“Para que seamos exitosos, nuestros hombres y mujeres deben reflejar
la diversidad de las comunidades y de las culturas en las que operamos”,
ha afirmado el CEO de Goldman Sachs al citar uno de los principios que
ha venido defendiendo tradicionalmente su firma. “Eso significa que
debemos atraer, retener y motivar a personas de muchos orígenes y
perspectivas. Mantener la diversidad no es una opción, es lo que debemos
ser”, ha añadido el banquero estadounidense citando esos fundamentos.
Una posición parecida es la que ha adoptado el grupo Ford, la mayor
firma del sector automotor en Estados Unidos, que ha destacado la “rica
diversidad” que viene defendiendo esa firma dentro y fuera del país y
“el respeto para todas las personas”. “Por esa razón no apoyamos esta
decisión o cualquier otra que está en contra de los valores que mantiene
la compañía”, sostiene un mensaje dado a conocer por el director
general de Ford, Mark Fields, y el presidente ejecutivo, Bill Ford.
Las reacciones de los máximos directivos de firmas clave en el mundo
de los negocios de Estados Unidos se suman a comentarios parecidos de
importantes empresas tecnológicas que se conocieron el pasado fin de
semana. “Apple no existiría sin la inmigración”, ha asegurado Tim Cook,
máximo responsable de la firma con la mayor capitalización bursátil de
Estados Unidos, que hace pocas semanas se reunió en Nueva York con
Trump. Y es que Steve Jobs, el fundador de la marca y genio tecnológico,
tenía raíces sirias.
En términos parecidos se ha expresado el director general de la firma
Google, Sundar Pichai, quien ha recordado que “durante generaciones
este país ha sido el hogar de inmigrantes” como uno de sus empleados
afectados por la medida. Microsoft, Netflix, Uber, Airbnb y Facebook son
algunas de las que también han declarado su rechazo a las medidas de
control de acceso de Trump.
Parte de sus empleados son inmigrantes,
incluso algunos proceden de los países incluidos en la orden ejecutiva.
En este sentido, el presidente de Microsoft, Brad Smith, ha enviado una
misiva a sus empleados para comunicarles que 76 de sus compañeros se
verán afectados por la medida, por lo que la compañía les proveerá de
asistencia y defensa legal. El correo ha sido compartido por Satya
Nadella, CEO de Microsoft, quien también es originario de la India.
Mark Zuckerberg, por su parte, ha emitido un comunicado en el que
recuerda el papel de la inmigración en la creación del país. “Mis
bisabuelos vinieron de Alemania, Austria y Polonia. Los padres de
Priscilla fueron refugiados de China y Vietnam. Estados Unidos es una
nación de inmigrantes, y debemos estar orgullos de ello”, declara.
Y el gigante tecnológico Google ha lanzado un fondo de cuatro
millones de dólares que irán destinados a donaciones a cuatro
organizaciones estadounidenses comprometidas con los derechos de los
inmigrantes. Dos millones de dólares son aportados por la compañía y
otros dos millones proceden de las donaciones de empleados, según ha
avanzado USA Today.
A este fondo se unen las aportaciones particulares
de varios ejecutivos de Google, cuyos nombres no han trascendido. Las
entidades que recibirán los cuatro millones son la Unión Estadounidense
por las Libertades Civiles (ACLU), el Immigrant Legal Resource Center,
el Comité Internacional de Rescate (IRC) y el Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR/UNHCR).
El máximo responsable de Starbucks, Howard Schultz, ha anunciado que
la compañía planea contratar 10.000 refugiados en todo el mundo en el
curso de cinco años, tras la orden sobre inmigración del presidente de
Estados Unidos, Donald Trump. Según Schultz, la medida gubernamental le
ha dejado “apesadumbrado”. Ante el “confuso periodo” que vive el país,
ha escrito Schultz en una carta dirigida a sus socios, se anuncian
“acciones específicas” con las que demostrar que “no permaneceremos
callados mientras la incertidumbre en torno a las acciones del nuevo
gobierno aumentan cada día”.
Starbucks está en contacto directo con empleados afectados por la
prohibición en materia de inmigración y hará “todo lo posible para
darles apoyo y ayudarlos a atravesar este periodo confuso”, ha dicho
Schultz en otra carta a empleados publicada en la web de la cadena de
cafeterías. Schultz también se ha comprometido a que tanto él como el
director de operaciones, Kevin Johnson, quien asumirá el cargo de máximo
responsable ejecutivo este año, comenzarán a comunicarse con los
trabajadores más frecuentemente.
“Escucho la alarma que expresan la civilidad y los derechos humanos
que hemos dado por descontado por tanto tiempo están siendo atacados, y
queremos usar una forma de comunicación más veloz y más inmediata para
relacionarnos con vosotros en asuntos que nos conciernen a todos como
socios”, ha escrito Schultz.
Asimismo, Schultz se ha manifestado como firme partidario del
programa “Dreamers” (“Soñadores”), diseñado para ayudar a los
inmigrantes que llegan a Estados Unidos de niños. “Estamos viviendo en
una época sin precedente, en la cual somos testigos de cómo la
conciencia de nuestro país, y la promesa del ‘Sueño americano’, se pone
en entredicho”, ha señalado.
Sobre la polémica entre Trump y México, Schultz ha señalado que la
empresa tomará medidas para “ayudar y dar apoyo a nuestros clientes y
socios mexicanos y sus familias mientras lidian con el impacto que las
sanciones comerciales, restricciones de inmigración e impuestos
propuestos que podrían tener en sus negocios”. Starbucks “seguirá
invirtiendo” en México, ha asegurado.
Las reacciones se han hecho notar con fuerza en Wall Street, poco
amigo de la inestabilidad política y que ha visto con preocupación las
señales de caos que hubo en algunos aeropuertos del país en las últimas
horas y las repercusiones políticas. Los principales indicadores de los
mercados bursátiles de Nueva York estaban teniendo este lunes su peor
sesión en lo que va de año, con fuertes retrocesos a media sesión que
rompen la buena racha que se había acumulado en las últimas jornadas.
El Dow Jones de Industriales cerró el jueves con una marca histórica,
el día anterior le tocó al selectivo S&P 500 y el viernes fue el
índice compuesto del mercado Nasdaq el que conquistó un nuevo récord.
Hoy, en cambio, los tres indicadores tenían importantes caídas. El Dow
Jones, que llegó a perder más de 200 puntos durante la jornada,
retrocedía a media sesión un 0,9 % 182 puntos, mientras que el S&P
500 bajaba un 0,97 % y el índice del Nasdaq un 1,13 %.
Los analistas del mercado destacaron que la decisión fue anunciada e
implementada muy rápidamente, despertando los temores que tenían Wall
Street sobre el carácter temperamental de Trump durante la campaña
electoral. “Las preocupaciones sobre Trump están empezando a asentarse”,
afirmó el economista jefe de la firma First Standard Financial, Peter
Cardillo.