WASHINGTON.- La presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, reiteró hoy que el banco central comenzará a reducir su cartera de deuda que amplió tras la crisis financiera y mantendrá el aumento gradual de los intereses pese a la baja inflación.
En
un testimonio ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de
Representantes, Yellen aseguró que, antes de que termine el año,
comenzarán a reducir su cartera de bonos y deuda hipotecaria por un
valor récord de 4,5 billones de dólares, el conocido como "quantitative
easing" o expansión cuantitativa.
La
medida fue tomada hace casi una década como estímulo de emergencia para
evitar la extensión de la crisis financiera originada por las hipotecas
basura a finales de 2008 y ha sido criticada por introducir una
interferencia excesiva en los mercados de crédito.
La
Fed dejó de comprar este tipo de activos en el otoño de 2014, después
de elevar su cartera de los 900.000 millones hasta los 4,5 billones,
pero ha mantenido el tamaño constante reemplazando los título en su
vencimiento.
"Una
vez comencemos a reducir nuestras inversiones, nuestras instrumentos
bajarán gradualmente, al tiempo que lo hará la balanza en el sistema
bancario", indicó Yellen en el testimonio que proporciona a ambas
cámaras del Congreso estadounidense dos veces al año.
Yellen
especificó que la reducción de esta medida monetaria inédita, que tenía
como objetivo amplificar el efecto de tipos de interés a cero, reducirá
la cartera de deuda de la Fed "a un nivel apreciablemente menor al
actual, pero mayor que al de antes de la crisis financiera".
En
opinión, de Yellen la medida fue "apropiada", "exitosa" y necesaria
para evitar el contagio a todo el sistema de la conocida como Gran
Recesión.
La
jefa de la política monetaria estadounidense aseguró que la
normalización monetaria se verá acompañada por una "gradual" subida de
los tipos de interés, actualmente entre el 1 y 1,25 % tras la subida de
junio, después de que comenzara el actual camino al alza a finales de
2015 tras siete años de política monetaria expansiva.
No
obstante, Yellen reconoció que la inflación, actualmente en el 1,4 %,
sigue por debajo del objetivo del 2 %, pese a que el desempleo se
encuentra en el 4,4 %, el consumo sigue aumentando y el crecimiento
económico moderado continuará durante 2017.
Tanto
los precios como los salarios no están respondiendo con una tendencia
al alza como sería de esperar en un entorno de pleno empleo, lo que
podría empeorar aún más con nuevos aumentos de los tipo de interés.
"Un
curso prudente requiere hacer ajustes, siempre y cuando nuestro
pronóstico se mantenga en volver al 2 por ciento (de inflación)", señaló
Yellen a los congresistas, a quienes reiteró que la política monetaria
"no tiene un curso preestablecido".
Yellen
también aseguró que dentro del Comité de Mercado Abierto, el órgano
rector de la política monetaria, no se está debatiendo cambiar el
objetivo de inflación por debajo de la cota idónea.
La
presidenta del banco central negó que se pueda decir que la economía
estadounidense no se encuentra en marcha para conseguir el objetivo de
inflación, considerado el idóneo para fomentar la inversión de las
empresas y sostener el Producto Interior Bruto (PIB), que creció un 1,4 %
en el primer trimestre de año.
Yellen
también alertó a los congresistas de que "los posibles cambios en las
políticas fiscales" en Estados Unidos representan una "fuente de
incertidumbre", mientras que el envejecimiento de la población y el bajo
crecimiento de la productividad son los puntos débiles del mercado
laboral.
El
presidente estadounidense, Donald Trump, se ha comprometido a invertir
en industrias de bajo valor tecnológico, como el carbón, contener la
inmigración y promover una política fiscal que no está tomando una forma
concreta en el Congreso.
Yellen
consideró dentro de su habitual prudencia que el aumento de la deuda
nacional, representada en la sala de la audiencia con un reloj que
muestra el aumento de la deuda en tiempo real, indica que se debe
diseñar "un camino de gasto e impuestos que sea sostenible".