WASHINGTON.- Estados
Unidos lanzó este miércoles sus primeras negociaciones comerciales con
China desde el inicio de la presidencia de Donald Trump, con el reclamo
de un intercambio "equitativo" y con mas acceso de sus bienes y
servicios al gigante asiático.
El
secretario de Comercio, Wilbur Ross, demandó cambios en los
intercambios bilaterales tras marcar que las exportaciones chinas a
Estados Unidos aumentaron más de 200% en los últimos 15 años y alimentan
un déficit comercial que fue de 309.000 millones de dólares en 2016.
"Podríamos
entenderlo, si esto fuera la consecuencia natural de las fuerzas del
libre mercado, pero no es así", dijo Ross al abrir la jornada de
discusiones entre las mayores economías del mundo.
"De
manera que ya es hora de reequilibrar nuestra relaciones de comercio e
inversiones de una forma más justa, equitativa y recíproca", añadió.
Las
conversaciones son la continuación del proceso emprendido por las dos
administraciones anteriores y que el gobierno de Trump pasó a llamar
Diálogo Económico Amplio EEUU-China (CED por su sigla en inglés).
El
secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo que las conversaciones con
la delegación encabezada por el viceprimer ministro Wang Chang apuntarán
a dar pasos concretos para conseguir el acceso de más empresas
estadounidenses al mercado chino.
Normalmente
ese tipo de reuniones comienzan con comentarios diplomáticos que
disfrazan o asordinan las divergencias. No fue este el caso.
Ross
dijo que China responde por la mitad del déficit comercial de Estados
Unidos y que Trump quiere que se aborde "la asimetría del comercio" y
que China aumente las compras de bienes de Estados Unidos
"Necesitamos
trabajar juntos para maximizar los beneficios para ambas partes. Pero
eso solo es posible si hay una relación más justa y equilibrada entre
EEUU y China", dijo Mnuchin.
"Eso
significa discutir los desequilibrios provocados por la intervención de
China en su economía", dijo. Y agregó que "una relación más equilibrada
generará prosperidad para nuestros dos países y el mundo".
En
su campaña a la Casa Blanca, Trump atacó a China por sus prácticas
comerciales que considera desleales. Pero en una reunión con el
presidente chino Xi Jinping le prometió en abril cambiar su retórica y
lanzar un plan de cooperación económica.
Esa
actitud condujo a algunas decisiones, incluida la apertura del mercado
chino a la carne estadounidense y promesas de Pekin de derribar barreras
a las transacciones con tarjetas de crédito, calificaciones de crédito y
otros servicios financieros estadounidenses.
Para Wang el punto clave de la reunión en Washington es "tener diálogo y no confrontación".
"No
necesitamos que uno derrote al otro en la discusión de las
diferencias", advirtió. "La confrontación inmediatamente dañará los
intereses de ambos" países, agregó.
Wang
citó una frase de un libro de Trump que a su vez cita al pionero
industrial Henry Ford: "Unirse es un comienzo, seguir juntos es
progresar, trabajar juntos es el éxito".
Y remató: "China está pronta para trabajar juntos".
Empero
en su discurso Wang dijo que las propias políticas de Estados Unidos
son en parte culpables del elevado déficit comercial.
"Hay
un enorme mercado potencial para atraer a China exportaciones
estadounidenses de tecnología avanzada; equipos y piezas.
Lamentablemente, las empresas estadounidenses no acceden a una parte de
esa 'torta' debido a obsoletos controles de exportaciones en Estados
Unidos", afirmó.
La
legislación estadounidense restringe vender a China y a otros países
algunos bienes de alta tecnología cuando existe la posibilidad de que
puedan destinarse a un uso militar además del comercial.