GINEBRA.-
El director general de la OIT, Guy Ryder, propondrá la próxima semana
al Consejo de Administración que la industria tabacalera deje de
financiar sus programas contra el trabajo infantil en el cultivo de
tabaco y que se busquen medios alternativos para que estos esfuerzos
puedan seguir adelante.
Para
ese fin se planteará dejar expirar este año sendos acuerdos de
financiación, que ascienden a 12,2 millones de euros y que hacen posible
el funcionamiento de tales programas en Brasil, Malawi, Tanzania,
Uganda y Zambia, según un borrador preparado para la 332ª reunión de ese
órgano de decisión, que se reúne hasta el 22 marzo.
El
director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
presentará esta idea el día 14 como parte de la estrategia que le fue
encargada por el propio Consejo de Administración sobre la problemática
del trabajo decente en la industria tabacalera.
El
pasado noviembre esa instancia no consiguió llegar a un acuerdo para
romper sus lazos financieros con las firmas de tabaco y aplazó la
decisión hasta la sesión que tiene lugar estos días en la sede la OIT en
Ginebra.
La
OIT mantiene acuerdos con Japan Tobacco International (JTI) y con
Eliminating Child Labour in Tobacco-growing Foundation (ECLT -financiada
por tabacaleras) que expiran en junio y en diciembre de 2018,
respectivamente.
Para
evitar que esos programas se interrumpan al vencer esos contratos la
OIT utilizará fondos de su cuenta suplementaria y de cooperación técnica
del presupuesto ordinario.
De
esta manera, la OIT seguiría impulsando iniciativas y programas
-especialmente centrados en los niños- que luchen contra las violaciones
de los principios fundamentales en el trabajo, la laxitud de las normas
de seguridad y salud y los salarios bajos.
Asimismo,
Ryder propondrá promover políticas para el trabajo decente en los
países productores de tabaco, fortalecer el diálogo social y ayudar a
las comunidades que cultivan tabaco en la transición hacia fuentes de
sustento alternativas.
Por
ello la OIT intentará movilizar recursos alternativos, especialmente
mediante asociados y alianzas, como por ejemplo la ONU, los bancos
internacionales de desarrollo y el Banco Mundial, pero también a través
de financiación nacional pública.
Varias
ONG y entidades de lucha contra el tabaco consideran que los acuerdos
de la OIT con el sector socavan sus obligaciones como entidad de la ONU,
dado que el Convenio Marco para el Control del Tabaco deja claro que
los intereses de la industria son contrarios a los principios de la
salud pública.
Además,
la OIT forma parte del Grupo de Trabajo Interagencia de la ONU para la
Prevención y el Control de Enfermedades No Transmisibles (UNIAFT), que
establece que los miembros "deberían rechazar colaboraciones, programas
conjuntos y cualquier otro acuerdo con la industria del tabaco".
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