WASHINGTON.- El
Congreso de Estados Unidos última el proyecto de ley presupuestario
para financiar lo que resta de año fiscal, con una inversión total de
1,2 billones de dólares, el mayor aumento en gasto federal de los
últimos años.
No
obstante, el contenido final del texto aún es incierto, pese al acuerdo
alcanzado entre demócratas y republicanos el mes pasado para poner fin a
sus diferencias.
Algunos
conservadores se han opuesto a elevar de tal forma los fondos no
vinculados a Defensa, pero todo apunta a que se resolverá cualquier
escollo antes de este 23 de marzo, cuando expirará el presupuesto
actual.
El
amplio acuerdo presupuestario de dos años que aprobó el Congreso el
pasado febrero aumenta los gastos de Defensa en 80.000 millones de
dólares y para el resto de inversiones en 63.000 millones para el año
fiscal 2018.
Se
espera que el texto final se haga público al final del día de hoy y que
la Cámara de Representantes vote sobre el mismo este viernes, dando dos
días de margen al Senado para hacer lo propio.
Los
congresistas confían en poder evitar otro cierre de la Administración,
como el ocurrido hace unos meses, dado el acuerdo mayoritario alcanzado
para el paquete bianual, pero no incluirán ninguna disposición destinada
a regularizar a los jóvenes inmigrantes indocumentados, que fue la
condición demócrata que causó entonces el cierre.
Sin
embargo, este acuerdo presupuestario será uno de los grandes paquetes
legislativos que saldrán del Congreso antes de las elecciones de
noviembre próximo, cuando se renovará un tercio del Senado y la
totalidad de la Cámara Baja, por lo que los congresistas han tratado de
introducir enmiendas que beneficien a sus votantes.
En
este sentido, destaca un paquete de fondos valorado en 900 millones
para un proyecto ferroviario en el corredor noreste del país conocido
como Gateway, prioritario para el líder de la minoría demócrata, el
senador por Nueva York Chuck Schumer, que el presidente estadounidense,
Donald Trump, ha amenazado con vetar.
Otro
de los aspectos que causa mayor debate es el clásico intento
republicano por hacer modificaciones en la financiación de las clínicas
abortivas.
Los
conservadores insisten en extender la conocida Enmienda Hyde, destinada
a restringir el uso de dinero federal para clínicas abortivas, a los
nuevos fondos para Obamacare, la conocida reforma sanitaria del
expresidente Barack Obama.
Los
demócratas argumentan que esto representaría una expansión de la
Enmienda Hyde a otro área de financiación, evitando que el Gobierno
ofrezca dinero a cualquier plan de seguro que tenga cobertura de aborto.
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