viernes, 2 de marzo de 2018

May confía en lograr el 'Brexit' más suave

LONDRES.- La primera ministra británica, Theresa May, ha llamado a los países de la UE a 'acertar' en la búsqueda de una acuerdo, porque "tenemos un interés compartido en lograrlo". A los suyos, la audiencia británica, les advirtió que "el mundo no está observando" y el país debe ser "un ejemplo" en su búsqueda de una sociedad "más fuerte y cohesionada".

Si la sociedad británica ha de seguir el ejemplo de May, tendría que emular el cambio de tono entre su discurso, hace poco más de un año, en Lancaster House, y lo que ha afirmado hoy. 
Entonces, se trataba de marcharse de la mesa antes de quedar con un mal acuerdo, de sugerir que si Bruselas no le daba lo que quería podría pilotar a Reino Unido hacia la desregulación 'offshore' o a ser más reacia hacia la seguridad europea.
Esos eran los aspectos más desgarrados, pero ahora ni se mencionan o se contradicen. Reino Unido quiere marcharse de la UE pero mantener una cooperación de seguridad tan íntima como la actual y con algunas modificaciones formales, como anunció May en Múnich hace unos días, y quiere una relación económica en la que los bienes y servicios fluyan como hoy lo hacen
Es partidaria de que no haya aranceles en bienes, de que un acuerdo aduanero permita que los controles fronterizos sean mínimos porque en sectores industriales las regulaciones europeas se respetarán y mejorarán. Quiere que Reino Unido sea miembro asociado de agencias europeas que sellan productos químicos, medicinas,... para mantener la homogeneidad. En servicios, quiere mantener el reconocimiento de equivalencias.
Ha recordado a los socios europeos que este acuerdo es único, "porque en ningún otro acuerdo comercial la otra parte quiere tanto acceso como la UE a nuestra pesca". 
Ha lanzado un dardo a la Comisión, sugiriendo que en sus declaraciones públicas parecen sugerir para el futuro un régimen "en el que tenemos los derechos de Canadá y las obligaciones de Noruega", con respecto a la UE.
Ese acuerdo único consiste en mantener la trama del comercio y de las relaciones más o menos como están, eliminando el libre movimiento de personas y la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la UE. 
Le han preguntado tras el discurso si ese 'Brexit' merece la pena. Ella ha respondido que no habrá un segundo referéndum. Y dijo también que, cuando le reprochan que busca un 'Brexit' a la carta, se ignora que todos los tratados comerciales son a la carta.
Se especuló que lo leería en Aberdeen, lo que tendría el simbolismo de la unidad constitucional con Escocia. Sobre Newcastle, una de las capitales del abandonado nordeste inglés, donde se votó contra el sistema y en favor del 'Brexit'. 
Pero la nieve y el temporal han desaconsejado un viaje al norte bravío de la isla. Lo pronunció en la City financiera. 
El gobernador del Banco de Inglaterra, Marck Cartney, sentado en la primera fila, cabeceó con frecuencia ante el discurso, más detallado, serio y modesto que los anteriores de May.

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