MOSCÚ.- Rusia
y Ucrania se asoman a una nueva guerra del gas, después de que el
gigante gasístico ruso Gazprom haya cortado el suministro al país vecino
y haya anunciado su decisión de romper todos los contratos con Kiev,
incluido el tránsito hacia la Unión Europea (UE).
El
monopolio estatal ruso ha roto la baraja al entender que sus intereses
han sido gravemente dañados por el Tribunal de Arbitraje de Estocolmo,
que este miércoles resolvió más de cuatro años de litigio entre los dos
países con una sentencia muy favorable a la gasística ucraniana
Naftogaz.
"Gazprom
se ve obligado a iniciar en el Arbitraje de Estocolmo los trámites para
romper los contratos de suministro y tránsito de gas con Naftogaz",
dijo hoy a los periodistas el presidente de la compañía rusa, Alexéi
Miller.
El
anuncio ha caído como un jarro de agua fría tanto en Kiev como en
Bruselas, que teme que se repitan "las guerras del gas" de la década
pasada, en las que algunos países europeos dejaron de recibir gas ruso
que, según Moscú, había sido "robado" por Ucrania.
La
decisión del tribunal sueco no sólo exime a Naftogaz de pagar los más
de 2.000 millones de dólares que le debe a Gazprom por suministros
atrasados, sino que además condena al gigante ruso a abonar 2.560
millones de dólares a su homóloga ucraniana.
Arbitraje
considera que Gazprom incumple el contrato de tránsito a Europa, al
bombear por la red de gasoductos ucranianos menos de 110.000 millones de
metros cúbicos al año, el mínimo que establece el contrato.
Pero,
al mismo tiempo, en otra sentencia anunciada el pasado diciembre, anuló
del contrato de suministro la cláusula que obligaba a Naftogaz a pagar
por un volumen mínimo de gas ruso, al asumir que Kiev no puede cumplir
con ese punto por la mala situación económica del país.
"Los
árbitros han argumentado su decisión con el agudo empeoramiento de la
economía ucraniana. Nosotros estamos categóricamente en contra de que
los problemas económicos de Ucrania se resuelvan a costa nuestra",
indicó el presidente de Gazprom, tras acusar a Arbitraje de "doble
rasero".
El
presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, denunció que Rusia no tiene
derecho a romper los contratos y advirtió de que, en caso de que así
sea, Kiev demandará una recompensa adicional ante el Arbitraje de
Estocolmo.
Nada
más conocer la sentencia, el monopolio ruso suspendió el bombeo de gas a
Ucrania y devolvió a Kiev el dinero adelantado en concepto de los
suministros para el mes de marzo.
Ucrania,
afectada por el temporal de nieve y con temperaturas que rozan los 15
grados bajo cero, reaccionó con el cierre temporal de escuelas y
guarderías en todo el país para ahorrar en el consumo de gas.
El
país sufre un déficit de hasta 20 millones de metros cúbicos de gas
diarios para garantizar el suministro a hogares, industrias e
instituciones, por lo que adoptó un "plan de acción nacional" para
ahorrar el consumo y garantizar una temperatura mínima aceptable en los
centros educativos.
Naftogaz
acusó a Rusia de "chantaje", mientras que Poroshenko pidió a sus
conciudadanos que reduzcan la calefacción en sus casas para hacer frente
a la falta de gas.
"Es
suficiente con reducir la calefacción en las casas en un grado durante
unos pocos días (...) y evitar en la medida de lo posible que se pierda
el calor en el hogar", dijo el líder ucraniano.
En
la actualidad, alrededor del 30 % del gas que se consume en la UE
proviene de Rusia y la mitad se transporta por los gasoductos
ucranianos.
Sin
embargo, incluso antes del anuncio de hoy, Moscú ya se había mostrado
decidida a no renovar el contrato de tránsito con Ucrania que expira el
próximo año.
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