PARÍS.- El
presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emprendió una guerra
comercial con China. Pero no es la única desde que llegó a la Casa
Blanca en enero de 2017 prometiendo proteger los intereses de los
trabajadores estadounidenses.
A continuación un resumen de los conflictos en curso:
- China -
Trump
tiene a China entre ceja y ceja por considerar que las políticas de
Pekín permiten el robo de tecnología estadounidense y debilitan a los
productores de su país.
Washington impuso este año aranceles a productos chinos por unos 50.000 millones de dólares. Pekín reaccionó con igual medida.
El
lunes anunció gravámenes adicionales del 10% sobre bienes chinos por
200.000 millones de dólares. Las tarifas regirán desde el lunes, y
aumentarán al 25% el 1 de enero de 2019 si las partes no logran un
acuerdo.
China
respondió el martes con aranceles a importaciones estadounidenses por
60.000 millones de dólares. Esas tarifas, de entre 5 y 10%, entrarán en
vigencia el lunes, el mismo día que los aranceles en Estados Unidos.
Además Pekin ya denunció esa decisión de Washington en la Organización
Mundial de Comercio (OMC).
Trump
amenazó con gravámenes adicionales sobre bienes chinos por 267.000
millones de dólares si Pekín tomaba medidas de represalia.
Estados
Unidos importó productos de China por unos 500.000 millones de dólares
el año pasado, en comparación con los bienes estadounidenses por 130.000
millones importados por el país asiático.
- Unión Europea -
Trump ha dicho que en materia de comercio la Unión Europea (UE) es "posiblemente casi tan mala como China".
Desde el 1 de junio, Estados Unidos gravó las exportaciones de acero de la UE con aranceles de 25% y las de aluminio de 10%.
La
UE adoptó represalias el 21 de junio, aplicando aranceles
suplementarios a productos estadounidenses por un valor de unos 3.200
millones de dólares.
Trump
también amenazó con imponer gravámenes punitivos a los automóviles
importados, para preocupación de la poderosa industria automotriz de
Alemania.
El
25 de julio, Trump y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude
Juncker, anunciaron la intención mutua de desactivar la disputa. Ambas
partes debaten ahora cómo avanzar hacia aranceles cero.
- Canadá y México -
Estados
Unidos también gravó a Canadá y México, socios en el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN), con aranceles de 25% a las
importaciones de acero y 10% a las de aluminio.
Canadá
contragolpeó con aranceles a productos estadounidenses por 12.600
millones de dólares y México hizo lo mismo por 3.000 millones.
Esto
ocurrió mientras los tres países negocian desde agosto de 2017 la
modernización del TLCAN, en vigor desde 1994 y que Trump considera "un
desastre" para los intereses estadounidenses.
Estados
Unidos y México anunciaron el 27 de agosto un acuerdo preliminar para
un nuevo TLCAN, que pretenden firmar antes del 1 de diciembre. Canadá
podría sumarse, con lo que el TLCAN seguiría siendo trilateral.
Pero
las conversaciones parecen bloqueadas por tres exigencias de
Washington: (1) la apertura del protegido mercado de lácteos de Ottawa,
(2) la eliminación de un mecanismo para solucionar disputas comerciales
entre los socios, y (3) el fin de las subvenciones canadienses en el
ámbito cultural.
Trump
amenazó a Ottawa con imponer nuevos aranceles a las importaciones de
automóviles canadienses si no logran un entendimiento.
- Japón -
Japón es otro objetivo de los aranceles de Trump al acero que Tokio considera "extremadamente deplorables".
Japón informó a la OMC que prevé imponer medidas de retorsión a bienes estadounidenses por 455 millones de dólares.
Tokio
también quiere una exención de los aranceles de Estados Unidos sobre
las importaciones de automóviles, que representan una gran amenaza para
su industria automotriz.
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