WASHINGTON.- Funcionarios
de Canadá y Estados Unidos retomaron este martes la renegociación el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con loas a la
buena vecindad y una advertencia del primer ministro canadiense, Justin
Trudeau.
El
TLCAN, vigente desde 1994 entre Estados Unidos, Canadá y México, está
bajo revisión desde hace más de un año a instancias del presidente
estadounidense Donald Trump, que lo considera "un desastre" para su
país.
Trump,
que ya informó al Congreso de su intención de firmar un tratado de
libre comercio con México para el 30 de noviembre, incluyendo a Canadá
si es posible, ha amenazado a Ottawa con imponer nuevos aranceles a las
importaciones de automóviles canadienses si no logran un entendimiento.
Trudeau
dijo el martes que algo así sería "devastador" para la industria
automotriz canadiense, pero también para la estadounidense, porque
"podría causar despidos masivos".
"Obviamente
tenemos que estar atentos a lo que contempla el presidente (Trump).
Pero no negociamos de modo diferente debido a tácticas de presión como
esa. Nos mantenemos enfocados en lo que es de interés para los
canadienses y para nuestros trabajadores y nuestra economía", declaró a
una radio canandiense.
"Vamos a continuar trabajando constructivamente para un acuerdo de ganar-ganar, que sabemos que es posible", señaló.
En la Casa Blanca, Trump dijo a periodistas que el diálogo con Canadá estaba "avanzando bien".
"Todos
hemos estado negociando de buena fe", afirmó, luego de que explosivas
declaraciones suyas sobre su vecino del norte interrumpieron
abruptamente el diálogo días atrás.
La
canciller canadiense Chrystia Freeland regresó este martes Washington
para reunirse con el representante de Comercio estadounidense, Robert
Lighthizer, y aprovechó el 17 aniversario de los atentados del 11 de
septiembre para destacar la importancia de la relación bilateral.
"Pienso
que recordar hoy lo que pasó quizás nos ayude a poner en perspectiva
las negociaciones y a poner en perspectiva histórica la importancia y el
alcance de la relación entre Estados Unidos y Canadá", dijo a
periodistas.
"Al final, somos vecinos. Y los vecinos se ayudan cuando se necesitan", agregó.
Tras
su primer encuentro con Lighthizer, Freeland comentó que el ambiente de
trabajo es "bueno, profesional y con buena voluntad de ambas partes",
pero reiteró que su gobierno solo firmará un acuerdo que le sirva a
Canadá.
Estados
Unidos le exige a Canadá la apertura de su protegido mercado de
lácteos, así como eliminar un mecanismo para solucionar disputas
comerciales entre los socios (contenido en el Capítulo 19) y quitar
subvenciones canadienses en el ámbito cultural.
"Negociamos
todo al mismo tiempo. Son temas muy complejos y todavía hay
diferencias", reconoció este martes una fuente cercana a las
conversaciones, dando a entender que aún falta para un consenso.
Sin embargo, "con un poco de flexibilidad las cosas pueden ir rápido", apuntó.
La
embajadora de Estados Unidos en Canadá, Kelly Craft, también destacó el
vínculo entre ambos países en un discurso en Gander, Terranova, adonde
docenas de vuelos fueron desviados después de los atentados de 2001 por
el cierre del espacio aéreo estadounidense.
"Olviden lo que leen sobre las negociaciones del TLCAN y las peleas en Twitter. Eso no es lo que somos", dijo Craft.
El
TLCAN, que potenció exponencialmente la relación comercial entre los
tres socios, "es importante, pero Gander, en una instantánea, ilustra la
relación entre Canadá y Estados Unidos", destacó.
Freeland,
que tiene previsto regresar este mismo martes a Canadá, asistirá el
miércoles y jueves a una reunión de diputados liberales en Saskatoon.
Se
desconoce si regresará el viernes a Washington para continuar las
negociaciones, que deben concluir antes del 30 de septiembre, fecha
límite para presentar el nuevo TLCAN al Congreso estadounidense.
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