Los gobiernos, sus cancillerías y los medios de comunicación de todo
el mundo no salen del asombro que les produce las revelaciones que
varios medios y periodistas de los Estados Unidos están haciendo
públicas en relación con ‘la casa de locos’ en la que se ha convertido la Casa Blanca, residencia oficial del presidente Donald Trump, el
hombre más poderoso y más peligroso del Planeta.
Un líder ‘impetuoso, conflictivo, mezquino e ineficaz’ como lo define
un alto funcionario de la Presidencia en un escrito, sin firma,
publicado por el diario The New York Times y en el que el autor
revela ser miembro de un secreto comité de ‘resistencia anti Donald
Trump’, para evitar que el Presidente, al que califica de ‘amoral’, tome
medidas que pongan en peligro la democracia del país y la paz
internacional.
La publicación del documento ha provocado la respuesta furiosa de
Trump acusando al autor de ‘traidor’ y al periódico de ‘encubridor’. Y
ha coincidido con la publicación de algunos extractos del libro que
sobre Trump y la Casa Blanca ha escrito Bob Woodward, periodista de The Washington Post
que en compañía de Carl Berstein dirigieron la investigación del caso
Watergate que acabó con la dimisión del presidente Richard Nixon.
En el libro de Woodward, que aparecerá en las librerías americanas el
martes próximos, bajo el título de ‘Miedo, Donald Trump en la Casa
Blanca’ se le atribuye a Joh Kelly, jefe de gabinete de Trump, el título
de ‘casa de locos’ a la mansión presidencial. Y en él se relatan
episodios tan graves como que en 2017 Trump dio la orden de matar al
presidente de Siria Bachar El Assad al grito de ‘¡matémosle, cojones!’.
Pero si esa orden presidencial a sus generales no se cumplió, según
revela Woodward, fue gracias a que su Secretario de Defensa Jim Martis
lo impidió y sustituyó la orden por un masivo ataque de misiles a una
base aérea siria en respuesta al uso, por El Assad, de armas químicas.
Woodward define la actuación enloquecida de Trump como un ‘golpe de
Estado administrativo’ y Trump acusa a la prensa y a la ‘resistencia’
que lo vigila en la Casa Blanca de apoyarse en el ‘Estado profundo’ o
cloacas de presuntos poderes fácticos.
Todo esto, que enrarece más si cabe las relaciones entre Trump y la
prensa, no es nuevo y de ello ya avisó hace meses el periodista Michael
Wolf en su libro ‘Fuego y furia’ donde relató buena parte de la locura y
disparates que habitan en la Casa Blanca.
Pero la novedad de estas revelaciones de los medios está en que la
prensa ha pasado de la denuncia a la acción como lo prueba que NYT
publique un artículo sin firma de quien dice ser (el diario si conoce
su identidad) uno de los miembros de ‘la resistencia’ anti Trump en la
Casa Blanca.
Como también ha resultado novedoso y polémico que la revista New Yorker
haya vetado en su anual ciclo de conferencias ‘Festival de Ideas’ al
que fue estratega y amigo del presidente, Steve Bannon, un personaje
fascistoide al que el director del semanario, David Remmick, había
invitado en un principio pero finalmente lo vetó ante una gran
movilización de lectores e internautas que dijeron que la revista no
debe ‘normalizar el odio’ que pregona Bannon.
Toda una lección para las grandes cadenas de televisión españolas y
de especial manera La Sexta TV que no cesa de dar cancha a los golpistas
catalanes Torra y Puigdemont poniéndolos al mismo nivel de los
demócratas, como se ve a diario, o se vio hace un año durante el
referéndum del 1-O.
En todo caso el peligro y los disparates en los que ha sumido Trump a la Casa Blanca y la Presidencia de los EEUU -sin olvidar el Rusiagate-
es de la mayor gravedad. Y tal y como dice Bob Woodward da miedo, por lo
que el Partido Republicano y el Congreso de los Estados deberían de
actuar para acabar con esta presidencia, aunque de momento lo que domina
son las elecciones legislativas americanas de noviembre, y luego ya se
verá.
De hecho la revelación del misterioso representante de la
‘resistencia’ o de la rebelión interna en la Casa Blanca afirma en su
escrito que él y varios de sus colaboradores pensaron el pedir la
destitución del Presidente, pero se declaran republicanos y dan la
impresión que lo que buscan es su dimisión.
(*) Periodista español
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