martes, 18 de septiembre de 2018

El precio del petróleo y la menor exportación atenazan la economía española / Luis Alcaide *

El ba­rril de crudo se co­tiza a 80 dó­lares en los mer­cados y un no­ruego ri­quí­simo y ex­pe­ri­men­tado mer­cader de pro­ductos ener­gé­ticos pierde su apuesta: el precio del ki­lo­vatio alemán no se apro­xima, como había apos­tado, al de los países es­can­di­na­vos. Un agu­jero de 100 mi­llones de euros y el con­si­guiente re­clamo (margin call) para cu­brirlo.

En Noruega ha llovido copiosamente y la producción de energía hidráulica ha cubierto gran parte de la oferta total. En Alemania el precio del kilovatio acusa el alza del precio del barril.
El panel de previsiones de la economía española estima en septiembre de 2018 un crecimiento del PIB para el corriente año del 2,6%, dos décimas menos que la anterior estimación. El segundo trimestre del año ya mostraba señales de desaceleración.

El principal motivo, y la sorpresa, proceden del sector exterior. Las exportaciones en términos reales (valor en euros descontando el alza de precios) sólo avanzaron un 0,1% en el primer semestre en tanto que las importaciones, también en términos reales aumentaron un 2,4%.

Las perspectivas de crecimiento para los próximos trimestres apuntan a una reiterada desaceleración, con una aportación nula del sector exterior en el mejor de los casos. El barril de petróleo a 80$ y sombrías perspectivas: sanciones a Irán, bajada anunciada de la extracción de crudos procedentes del cracking en EEUU (840.000 barriles/día menos), efectos negativos de los huracanes que azotan el este y sur de los EEUU y revisión a la baja sobre las reservas mundiales de hidrocarburos.

Después de varios meses de liquidar posiciones a largo plazo, los fondos de cobertura (hedge funds) apuestan ahora por una subida de precios. Buenas noticias para los productores y malas para nuestras cuentas con el exterior. En el primer semestre de 2018 el déficit de la balanza energética fue un 9,1% superior al del mismo período de 2017 y eso a pesar de que las cantidades importadas cayeron un 10%.

El viernes 14 de septiembre de 2008 se produjo la quiebra de Lehman Brothers, diez años después el editorial del Financial Times aparece con este título: “La caída de la cooperación agudiza los efectos de la próxima crisis financiera”.

En efecto, el crecimiento se ha recuperado y el espíritu empresarial en las economías avanzadas ha recuperado aliento, pero varias de las profundas consecuencias de la gran recesión se están haciendo cada vez más presentes: rechazo de las democracias liberales, así como del mercado libre y la globalización, mientras crecen los populismos y nacionalismos.

Amenazas, todas ellas que no estaban presentes en septiembre del 2008. Es cierto, sin embargo, que los bancos están hoy mejor capitalizados que hace diez años, pero muchas de las instituciones financieras “en la sombra” así como los bancos que las financian, han aumentado desorbitadamente sus niveles de riesgo y cada vez hay más bancos de esos “too big to fail”. La deuda actual de Europa, 250 billones de dólares supera hoy en un 75% a la de los años 2007-2008.

Una Europa cada vez más endeudada y un creciente desfase entre los ciudadanos y los valores de la democracia, incluso partidos políticos conservadores como el PP votan o se abstienen en el Parlamento Europeo cuando se trata de condenar las conductas antidemocráticas del húngaro Orban.

En la confianza de que la tormenta de los másteres se vaya alejando se harán más patentes los riesgos de los nacionalismos europeos. Por lo pronto nuestras ventas al Reino Unido en los seis primeros meses del año se han estancado y han caído en un 3% al mercado italiano.


(*) Economista del Estado en España


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