sábado, 22 de septiembre de 2018

Argentina / Santiago Niño Becerra *

El de Argentina es un caso estructuralmente muy semejante al de otros países latinoamericanos. Colonias reales de España y Portugal hasta principios del siglo XIX, pasaron a ser colonias de facto del Reino Unido y Alemania después, para, a partir de finales del siglo integrarse total y completamente en la órbita USA: ‘el patio trasero’, una idea que quedó perfectamente recogida en lo que respondió el Presidente Franklin Delano Roosevelt cuando le dijeron que Anastasio Somoza, un dictador-marioneta colocado por USA en Nicaragua, se estaba comportando como un hijo de puta: “Si, pero es nuestro hijo de puta”.

El subidón de las economías latinoamericanas se produjo entre los inicios de la I Guerra Mundial y la crisis de la energía de 1973. Aunque dentro de la influencia USA en la mayoría de esos países había un cierto juego político y una independencia de gobierno que en realidad iba pasando de un miembro a otro de oligarquías internas apoyadas por ejércitos cuyos mandos básicamente habían salido de esas mismas familias oligarcas. Hubo excepciones a esa dinámica, claro.

Después de 1973 se abordó en otra dinámica en la que los únicos protagonistas fueron la deuda impagable en la que los países latinoamericanos entraron y los golpes de estado militar auspiciados y bendecidos por USA que fueron tapizando todo el continente: las ‘dictaduras amigas’ de Ronald Reagan.

El papel económico de estos países siempre ha estado orientado a la exportación de commodities, de hecho sus momentos de boom han estado correlacionados con periodos de precios elevados de las mismas. A su calor se han ido desarrollando actividades que siempre han debido tener puesto un ojo en la cotización de su moneda que de una u otra manera siempre, también, ha tenido el dólar USA como referencia. Con ligerísimas particularidades este ha sido el devenir de Argentina.

Vean este ramillete de citas: fueron dichas en uno de los períodos económicos más duros de la historia de Argentina y, pienso, resumen muy bien la realidad económica del país; y pongan atención a sus fechas.

“El neoliberalismo produce distorsiones tremendas, como en Argentina, bandazos de un lado a otro, desequilibrios gigantescos, desesperación y angustia del que está sin trabajo, y la penuria incluso de muchos que sí lo tienen, falta de rentabilidad del campo. Y no hablemos de índices de pobreza, da vergüenza hablar de índices de lo que sea. Hay que hablar de humillación, de gente que quiere trabajar y no puede llevar el alimento o la medicina o la educación a sus hijos”.

Raul Alfonsín, Presidente de la República Argentina (1983 – 1989). Entrevista en El País 09.09.2001.

“Una encuesta del estudio CCR demuestra que de cada diez argentinos, cuatro creen que sus hijos vivirán peor que ellos, seis reconocen que cayó su nivel social y cuatro dicen que nunca estuvieron tan mal”.

Alejandro Rebossio, “El fin de la ilusión argentina”. El País Negocios 07.10.2001

“Nunca se han visto tantos pibes abandonados, descalzos, harapientos, pidiendo limosnas; tantas personas durmiendo en los umbrales; tantos padres con sus hijos revisando los tachos de la basura al final del día. Yo me eduqué, como todos, en la ilusión del país que era un crisol de razas, como nos decían en la escuela, asisto impotente al desastre”.

Armando Mongieri, 52 años, contable en ejercicio en Buenos Aires, comentando sobre la crisis económica que asuela Argentina desde Julio de 1998. Carlos Ares, “Cicatrices de la crisis”. El País 05.11.2001.

“Se dice que Argentina debería ser un país muy rico porque tiene superabundancia de recursos naturales. El desarrollo económico no depende de los recursos naturales, aunque mejor tenerlos que no tenerlos. Depende de la inserción de la economía nacional en el mercado internacional. 

Argentina fue rica cuando alimentaba a los países industrializados que no se autoabastecían de alimentos. Argentina aprovechó, entre finales del siglo XIX y finales de la década de los años treinta del siglo XX, ese negocio. Cuando eso terminó, Argentina no se planteó qué venderle al mundo. 

Durante la Segunda Guerra Mundial tuvo una temporal resurrección del viejo negocio. En la posguerra adoptó un modelo de crecimiento sobre la base de proteger su mercado interno. Eso se agotó a finales de los cincuenta. (…) La idea dominante, desde hace una década, es que lo único que debe hacer el Estado es controlar ciertas variables macroeconómicas porque todo lo demás viene por añadidura. Esa concepción neoliberal extrema produjo la crisis, de la cual hoy es difícil salir”.

Rodolfo Terragno, senador por la Alianza gobernante en Argentina y ministro de Obras Públicas en el Gobierno de Raúl Alfonsín (1983 – 1989). Entrevista realizada por Carlos Ares. El País 09.12.2001.

“Ahora vivimos en una calma tensa. Si no se reactiva la situación de muchas empresas, puede suceder cualquier cosa. Aquí nos inundaron con máquinas y productos agropecuarios importados. El productor no puede comprar nada porque está endeudado hasta las cejas, y los bancos le apuntillan con intereses usureros”.

Eduardo Rosconi, intendente de Casilda, ciudad orientada a la producción agraria del Sur de la provincia de Santa Fe, Pampa húmeda argentina, comentando la situación generada en la zona tras el estallido de la crisis a finales del 2001. Francesc Ralea, “Rebelión en las provincias argentinas”. El País 20.01.2002.

“Haga patria, queme un banco”.

Pintada aparecida en la pared de una entidad bancaria de la localidad argentina de Mar del Plata. El País 20.02.2002.

“Estamos trabajando para crear una Argentina sostenible, no un país que, simplemente, se gasta el dinero de los fontaneros y carpinteros norteamericanos que ganan 50.000 dólares anuales y se preguntan qué hacemos con su dinero por el mundo”.

Paul O’Neill, secretario del Tesoro de Estados Unidos, en un programa de televisión. Ernesto Ekaizer, “El Fondo Monetario del señor O’Neill”. El País Domingo 25.08.2002.

¿El resumen del resumen? Pienso que el mal de toda el área latinoamericana en general y de Argentina en particular ha sido, es, y pienso continuará siendo, la dependencia porque ha sido, es y pienso seguirá siendo, periferia de un centro monetario, financiero y tecnológico que se halla fuera de sus confines y sobre el que nada puede influir. Y revertir eso … 

Por ello importa poco el rostro y el color político de quienes gobiernan porque esos gobernantes han de hacer lo que se les dice cuando se les dice, como todos los de todas partes, ya, pero ellos más por su grado de dependencia es mayor.

Intentos, muchos. ¿Recuerdan la dolarización?. El penúltimo las medidas recién adoptadas por el Presidente Mauricio Macri. https://elpais.com/economia/2018/09/03/actualidad/1535977553_350136.html

Pienso que como en anteriores ocasiones, ‘la solución’ llegará de fuera.


(*) Catedrático de 'Estructura Económica' en IQS de la Universidad Ramón Llull de Barcelona

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