SAO PAULO.- Brasil
realizó hoy una de sus más exitosas subastas de derechos para explotar
petróleo, vencida por consorcios liderados por gigantes como BP Energy,
Shell-Chevron, ExxonMobil y Petrobras, en medio de la incertidumbre
generada por las elecciones presidenciales más imprevisibles en dos
décadas.
Tanto
el Gobierno como los vencedores defendieron la continuidad de las
reglas para el sector ante las dudas sobre si el presidente que será
elegido en octubre introducirá reformas, al destacar el éxito de la
subasta en la que se ofrecieron derechos sobre cuatro áreas del presal,
la provincia cuyas gigantescas reservas pueden convertir a Brasil en uno
de los mayores exportadores mundiales de crudo.
Con
la adjudicación de las cuatro áreas subastadas, la Agencia Nacional de
Petróleo (ANP, regulador) recaudó 6.820 millones de reales (unos 1.705
millones de dólares) tan sólo por las licencias y garantizó que los
vencedores realizarán inversiones en el país por un mínimo de 1.000
millones de reales (250 millones de dólares).
El
regulador también calcula que el Estado brasileño recaudará 180.000
millones de reales (45.000 millones de dólares) en regalías,
participaciones y tributos durante los 35 años en que los vencedores
tendrán derecho a explotar las reservas.
Tales
cifras llevaron al director de la ANP, Decio Oddone, a calificar el
resultado como "extraordinario" y a defender no sólo el actual régimen
petrolero de Brasil sino también la continuidad de las subastas,
criticadas por grupos de izquierda que acusan al Gobierno de entregar
las riquezas del país.
"Fue
la primera subasta en la que conseguimos adjudicar todas las áreas
ofrecidas y los vencedores se comprometieron a darle al Estado, en
promedio, un 171 % por encima del mínimo que era exigido", afirmó
Oddone.
El
funcionario aseguró que, además de las gigantescas reservas ya probadas
en el presal, el éxito de la subasta obedeció a la flexibilización
introducida en la legislación para atraer nuevos inversores y que acabó
con la exclusividad que tenía la estatal brasileña Petrobras para ser la
operadora en esta provincia.
"Esperamos
que el próximo Gobierno siga entendiendo el importante papel del sector
petróleo para Brasil", afirmó el presidente de Shell Brasil, André
Araújo, igualmente al defender la continuidad de las reglas y de las
subastas.
De
las cuatro áreas subastadas, la que más generaba interés era Saturno,
con una extensión de 1.100 kilómetros cuadrados en la cuenca marina de
Santos, y que se la adjudicó un consorcio integrado por la británica
Shell (50 %) y la estadounidense Chevron (50 %).
Este
consorcio se comprometió a entregarle al Estado el 70,20 % de toda su
producción, un índice muy superior al 17,54 % de participación exigido
como mínimo.
El
consorcio integrado por la estadounidense ExxonMobil (64 %) y la qatarí
QPI (36 %) se adjudicó los derechos sobre el área de Tita, con una
oferta en la que se comprometió a entregarle al Estado una participación
del 23,49 % de su producción, por encima del 9,53 % exigido como
mínimo.
Los
derechos sobre el área Pau Brasil los obtuvo el consorcio liderado por
la inglesa BP Energy (50 %) e integrado por la colombiana Ecopetrol (20
%) y la corporación china CNOOC (30 %), que se comprometió a darle al
Estado el 63,79 % de toda su producción, un índice muy superior al 24,82
% exigido como mínimo.
Los
derechos sobre el último bloque subastado, Sudoeste de Tartaruga Verde,
en la cuenca marina de Campos, se los adjudicó Petrobras, única
empresa en presentar una oferta.
Las
cuatro áreas subastadas están en el codiciado presal, un horizonte de
explotación en aguas muy profundas del océano Atlántico por debajo de
una capa de sal de dos kilómetros de espesor.
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