CIUDAD DE PANAMÁ.- La llamada a consultas de Estados Unidos a sus representantes en Panamá,
El Salvador y República Dominicana por los nexos con China ha generado
críticas hacia la "prepotencia" de Washington, así como alarma entre
algunos empresarios que temen que las relaciones económicas con EE.UU.
se vean afectadas.
La presunción generalizada de que Estados Unidos ve como
su patio trasero a Centroamérica saltó a la palestra, tras la llamada
el viernes pasado a consultas a los embajadores en República Dominicana,
Robin Bernstein, y en El Salvador, Jean Manes, y a la encargada de
negocios en Panamá, Roxanne Cabral.
Expresiones como "tratar de poner orden en el gallinero"
o reacción "tardía" a la creciente presencia China en Latinoamérica
fueron emitidas por algunos analistas sobre la
decisión del presidente estadounidense, Donald Trump.
"Parece mentira cómo una potencia deja perder su credibilidad de
Estado, echando broncas a quienes adoptan la misma política que ella
misma ha venido persiguiendo desde hace casi cuatro décadas. Doble
estándar y prepotencia en estado puro", escribió en su cuenta de Twitter
el embajador de China en Panamá, Wei Qiang.
Panamá
entabló relaciones diplomáticas con China en junio de 2017, mientras que
República Dominicana y El Salvador lo hicieron en mayo y agosto
pasados.
Los tres países forman parte del Sistema de
la Integración Centroamericana (SICA) y otro de sus miembros, Costa
Rica, fue el primero de la región en establecer esos nexos, en 2007.
Las relaciones con China significan la ruptura de los vínculos con
Taiwán, considerada una isla rebelde por el Gobierno chino y a la que
solo le quedan diecisiete aliados diplomáticos en el mundo, de los que
nueve están en Latinoamérica y el Caribe, entre ellos Nicaragua,
Honduras y Guatemala, otros socios del SICA.
"Richard
Nixon, un presidente republicano (de EE.UU.), fue quien hizo el primer
reconocimiento de 'Una sola China' con su viaje (1972). Taiwán perdió su
puesto en la ONU, ocupándolo China Popular luego de ese viaje.
¿Entonces?", señaló el exembajador de Panamá en Italia Fernando Berguid,
en un mensaje en Twitter reenviado por la vicepresidenta y canciller
panameña, Isabel De Saint Malo.
El viernes pasado, en
un breve comunicado, el Gobierno panameño indicó que seguirá trabajando
"estrechamente" con Estados Unidos en la agenda bilateral y que
respetaba la decisión de llamar a consultas a sus representantes en los
tres países del SICA.
El canciller dominicano, Miguel
Vargas, limitó este sábado a un simple movimiento diplomático la
llamada a consultas y afirmó que su país seguirá con la "agenda
bilateral muy intensa" con EE.UU.
En El Salvador el
Gobierno no se ha pronunciado oficialmente, pero el presidente de la
principal patronal del país, Luis Cardenal, expresó su "preocupación"
por la "tensión" en la relación con "el principal socio comercial y
donde residen unos 3 millones de salvadoreños que sostienen la economía
con las remesas".
Ha sido el movimiento salvadoreño en favor de China lo que parece haber causado las molestias estadounidenses.
Ya en agosto, el Gobierno de Trump anunció que reevaluaría su relación
con el país centroamericano, una reacción con una dosis de virulencia
que no mostró en los casos de República Dominicana y Panamá.
"Lo que me parece es que tardíamente Estados Unidos se está dando
cuenta que se ha estado olvidando de la región y se han ido metiendo los
chinos", declaró el abogado y exembajador de Panamá en la
Organización de Estados Americanos (OEA) Guillermo Cochez.
El investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos (Cela)
Marco Gandánsegui ya había comentado que Estados Unidos
"obviamente está muy preocupado" por los movimientos de China en
Centroamérica porque, tras "conquistar a América del Sur, ahora están
los empresarios chinos" en el istmo.
El exembajador
panameño e internacionalista Nils Castro dijo que la reacción de
Washington está vinculada al hecho de que El Salvador, Honduras y
Guatemala, el llamado Triángulo Norte, han sido países "sujetos a
control estadounidense", en los últimos años con el plan Alianza para la
Prosperidad, que busca detener la emigración masiva ilegal y tiene
financiación de EE.UU.
El mismo viernes en que fueron
llamados a consultas los representantes diplomáticos de Panamá,
República Dominicana y El Salvador, Estado Unidos informó de la
suspensión de una reunión con los cancilleres de Triángulo Norte para
discutir el plan de la Alianza para la Prosperidad, como comunicó el
sábado el Gobierno salvadoreño.
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