sábado, 22 de septiembre de 2018

Marruecos juega al gato y el ratón con los africanos que se dirigen a Europa

TÁNGER.- Los emigrantes africanos están desafiando una campaña de Marruecos para mantenerlos alejados de los pasos terrestres y marítimos hacia España, que se ha convertido en el principal punto de entrada a Europa para los migrantes y refugiados tras las medidas de contención aplicadas en otros lugares. 

La policía marroquí realiza incursiones rutinarias en áreas donde se concentran personas de otros países de África y ha transportado a miles al otro extremo del país desde que 800 personas saltaron la valla del enclave español de Ceuta, en el norte de Marruecos, en julio.
Los traslados fueron criticados por grupos de derechos humanos después de que dos hombres de Malí murieran en el camino, y muchos han regresado, escondiéndose en bosques o calles secundarias de Tánger, y siguen planeando llegar a España.
“Vinimos a Marruecos para quedarnos en el norte hasta que llegara el momento de saltar la valla de Ceuta. No tenemos otra opción”, dijo Aboubakar, un graduado de sociología de Guinea, de 25 años, que no quiere decir su apellido por temor a represalias.
El relato de Aboubakar y sus compañeros que duermen en un bosque con vistas a Mesnana, un barrio pobre de Tánger, muestra lo difícil que es detener a las personas que están decididas a llegar a Europa.
El número de personas que huyen de la guerra o la pobreza en África, Oriente Próximo y Asia rumbo a la Unión Europea ha descendido a 80.000 este año, desde más de un millón en 2015, pero se trata de una cuestión polémica que ha dado alas a los grupos de extrema derecha y otros movimientos populistas.
El cierre de puertos en Italia a la mayoría de los solicitantes de asilo ha desplazado el flujo de inmigrantes hacia España. En lo que va del año, 38.852 personas han optado por esa ruta, según los datos de la ONU, lo que supone dos veces más que en el mismo período de 2017. Más de 310 personas murieron en el mar.
La gran mayoría llegó a través de Marruecos, que frustró otros 54.000 intentos de migración ilegal en agosto, dijo Khalid Zerouali, director de migración y control de fronteras del Ministerio del Interior.
“Recibimos indicios de que las redes de tráfico se fortalecieron después del salto de julio en Ceuta y estaban preparando ataques a gran escala contra las fuerzas de seguridad de la frontera este verano”, dijo.
El reino de África del Norte es un destino en sí mismo y ha otorgado 56.000 permisos de residencia a extranjeros, la mayoría del África subsahariana, desde que reformó su política de migración en 2013.
Algunas de estas personas dicen ahora que han sido forzadas a abandonar sus hogares, atrapadas en la campaña para detener la migración ilegal. Zerouali dijo que Marruecos estaba bajo una enorme presión.

DEVOLUCIONES MASIVAS

Mientras que algunos migrantes intentan llegar a Ceuta y a otro enclave español, Melilla, otros pagan a los traficantes para que los suban a barcos, ya que España está a solo 14 kilómetros de distancia.
    Los países pueden devolver a las personas que llegan irregularmente si se rechazan las solicitudes de asilo. Sin embargo, cuando la valla fue asaltada nuevamente en agosto, España expulsó a más de 100 personas con una devolución “exprés”, lo que provocó críticas de grupos de derechos humanos; Madrid dijo que siguió los protocolos.
    El incidente trajo a la memoria la serie de masivos saltos fronterizos de 2005, a los que España respondió con devoluciones a su vecino meridional. Grupos de derechos humanos acusaron a Marruecos de trasladar personas al desierto.
    La nueva devolución “exprés” es un signo de la sensibilidad del problema de los migrantes en España, uno de los pocos países europeos en los que el público no se ha vuelto en contra de la inmigración.
    Los políticos de la oposición destacaron que las expulsiones están en contradicción con el lenguaje del nuevo primer ministro socialista, Pedro Sánchez, que dio la bienvenida a un barco lleno de inmigrantes rechazados por Italia en junio.
    Ningún partido de extrema derecha ha llegado al Congreso desde que terminó en 1975 la dictadura de derechas de Francisco Franco, pero el partido nacionalista Vox ha criticado a Sánchez por la migración y la fragilidad de su gobierno minoritario podría llevar a elecciones anticipadas.
    Marruecos, que otros africanos pueden visitar sin visado, se convirtió en el principal trampolín hacia Europa en julio después de que la línea más dura adoptada por Italia y la ayuda de la UE a los guardacostas libios redujera los flujos desde Libia, donde se habían concentrado muchos traficantes de personas.
    “La presencia de algunas nacionalidades que en el pasado habían pasado principalmente por Libia indica que algunos flujos migratorios pueden haber cambiado a la ruta del Mediterráneo occidental”, dijo el viernes la agencia fronteriza europea Frontex.

BOSQUES

Alguien encontró una docena de migrantes escondidos en el bosque cerca de Tánger, a unos 70 kilómetros de Ceuta, durmiendo sobre mantas en el suelo.
Algunos habían entrado legalmente en Marruecos y trabajaron como jornaleros o mendigaron en las calles para ahorrar lo suficiente como para pagar a los contrabandistas el viaje en patera.
“Fuimos arrestados en nuestras casas por la mañana a finales de agosto, nos llevaron para identificarnos a una comisaría y luego nos esposaron y nos metieron en un autobús”, dijo Aliou, un ciudadano guineano, que pidió a los demás que no utilicen su nombre completo.
Aliou tuvo que dejar todas sus pertenencias en su apartamento alquilado en Tánger. “Nos dieron solo un bocadillo en el viaje de 10 horas antes de abandonarnos cerca de la ciudad de Tiznit”, dijo.
Seis días después, él y otros inmigrantes lograron regresar al bosque cerca de Tánger, pero esperan que las autoridades vuelvan en cualquier momento en lo que los migrantes llaman “caza de negros”, ya que excluye a los marroquíes y sirios que también intentan alcanzar España.
En un campamento improvisado mucho más grande frente a la estación de autobuses de Casablanca, a unos 300 kilómetros al sur de Tánger, la gente indica que van hacia el norte después de que los llevaran en autobuses al sur. 
Mamadou, un joven de Camerún que llegó a Argelia, dijo que había tratado de escalar la valla de Ceuta en julio, pero que se había herido en la pierna. Le enviaron en autobús a la ciudad sureña de Agadir, pero reunió suficiente dinero para comprar un billete de autobús a Casablanca.
“Ahora, me quedaré aquí hasta que obtenga un billete para regresar al norte y realizar mi sueño de llegar a Europa”, dijo dentro de una tienda hecha de restos de cajas de madera y mantas.
Las autoridades afirman que el traslado en autobús desde la frontera es una medida contra las bandas de traficantes, y piden más ayuda a la Unión Europea. La Comisión Europea prometió más dinero para ayudar a España y Marruecos el mes pasado, pero se negó a precisar cifras, diciendo que los fondos eran limitados.
Marruecos, como otros países del norte de África, rechaza la idea sugerida por algunas voces en Europa de que debería tener centros de acogida para decidir sobre las solicitudes de asilo en el exterior de la UE
“Cuando encontramos a un subsahariano sin papeles que se está preparando para cruzar la frontera ilegalmente, simplemente lo sacamos del norte y lo llevamos hacia otras ciudades”, dijo Zerouali. “Es mejor para ellos que los envíen a una ciudad como Marrakech que quedarse en los bosques que rodean Tánger”.
Setenta y cuatro redes de tráfico han sido desmanteladas desde enero, según Zerouali, que agregó que el reino gasta al menos 200 millones de euros anuales para mantener seguras sus fronteras. Quita hierro a los informes sobre violaciones de los derechos humanos y dice que el envío de migrantes al sur “tiene lugar en pleno cumplimiento de la ley”.

REDADA AL ALBA

Los grupos de derechos humanos dicen que la campaña es un desplazamiento indiscriminado y violento que viola la libertad de movimiento.
Amnistía Internacional dice que, según cifras de grupos locales, unos 5.000 subsaharianos fueron subidos a autobuses sin verificar su estado legal y abandonados después en áreas remotas.
    Una coalición de asociaciones de comunidades subsaharianas en Marruecos (ASCOMS) dijo que el “uso excesivo de la fuerza” durante las expulsiones causó la muerte de dos malienses el mes pasado. Las autoridades lo niegan.
    En Branes, un distrito de Tánger, donde viven muchos subsaharianos, Aissatou Barry, que lleva en Marruecos ocho años después de huir de Costa de Marfil, dijo que la policía irrumpió en su casa a las 5 a.m. del 19 de agosto.
    A pesar de que tiene una tarjeta de residencia, esta mujer dice que la llevaron con sus hijos y otros subsaharianos a una estación de policía y que los soltaron posteriormente ese mismo día. Cuando regresó a la casa que alquila por 410 euros al mes, les habían robado sus objetos de valor.
    Aissatou dijo que presentó una queja sobre el ataque ante el consejo regional de derechos humanos; el consejo dijo que había recibido quejas de Barry en el pasado, pero rechazó más detalles.
    Esta mujer marfileña, que fundó la asociación Ponts Solidaires para ayudar a los inmigrantes a integrarse en Marruecos y abandonar la arriesgada travesía marítima, dijo que se sentía humillada.
    “Siempre consideré Marruecos como mi hogar, ahora después de este ataque ya no lo siento”, dijo.

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