domingo, 30 de septiembre de 2018

May y los conservadores británicos piden unidad tras un nuevo ataque de Johnson al Brexit

LONDRES.- La primera ministra británica Theresa May y sus aliados pidieron este domingo la unidad del Partido Conservdor (Tories) después de que el exministro Boris Johnson aprovechara la apertura del congreso anual de la formación política para atacar el plan del gobierno para el Brexit. 

El exministro de Relaciones Exteriores, quien fuera considerado desde hace mucho tiempo como un eventual sucesor de May, aprovechó una entrevista en un diario para criticar su plan de estrechos vínculos económicos con la Unión Europea (UE), como algo "chiflado" y "grotesco".
Johnson integra un grupo de euroescépticos que aprovechan la reunión de cuatro días en Birmingham (centro de Inglaterra), para criticar las posiciones de May y sus seguidores.
Este congreso anual tiene lugar en pleno estancamiento de las negociaciones sobre el Brexit, y con un partido profundamente dividido sobre la estrategia a seguir, a sólo seis meses de la salida de la UE.
May, debilitada por el reciente rechazo de los líderes europeos a su "plan de Chequers", busca reunificar a su partido en torno a ella, en tanto los partidarios de un Brexit duro intentan imponer una propuesta alternativa.
"Somos el partido que dio a los británicos la palabra sobre la forma en que son gobernados", escribió May en un mensaje de bienvenida a los participantes.
"Y respetamos la decisión que tomaron: salir de la UE y retomar el control de nuestro dinero, de nuestras leyes y de nuestras fronteras", agregó.
Por su parte, Johnson había declarado el viernes que "el plan de Chequers es una humillación moral e intelectual para el país", en un virulento artículo publicado en The Telegraph.
Este domingo insistió en sus críticas en The Sunday Times. "Al contrario que la primera ministra, yo hice campaña por el Brexit [...] y creo que lo que ocurre actualmente, por desgracia, no es lo que se le prometió a la gente en 2016", tras la victoria del sí a la salida de la UE.
Como él, otros defensores de un Brexit duro, incluido el exministro del Brexit David Davis, defienden la negociación de un acuerdo de libre comercio similar al firmado en 2016 entre la UE y Canadá.
No se prevé sin embargo que la jefa de gobierno, que pronunciará el discurso de clausura el miércoles, precise más sus planes para el Brexit, aunque Bruselas le ha pedido que revise su proyecto antes del consejo europeo del 18 de octubre.
May "debería enmendar su propuesta tras el congreso, en lugar de durante", dice Simon Husherwood, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Surrey. "Si hiciese concesiones ahora, parecería débil, obligada a actuar así por la UE, no es lo que hará".
Desde que perdió su mayoría parlamentaria en unas desastrosas elecciones anticipadas el año pasado, May se enfrenta a constantes ataques internos y rumores de que compañeros de partido se disponen a arrebatarle el poder.
Los rivales de la primera ministra aprovecharán los múltiples eventos organizados durante el congreso para defender una ruptura clara con la UE, a diferencia del plan de May que propone mantener una estrecha relación comercial con el bloque.
La contrapropuesta, defendida por influyentes miembros del partido, puede representar una amenaza para la estrategia de May, que tiene una pequeña mayoría en el Parlamento --que tendrá la última palabra sobre el acuerdo con Bruselas-- y se encuentra a merced de una rebelión de sus diputados.
Pero la jefa de gobierno se ha negado hasta ahora a remplazar su plan por un acuerdo de libre comercio asegurando que este no permitiría mantener una frontera abierta entre Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte tras el Brexit, uno de los principales escollos en la negociación entre Londres y Bruselas.
May afirma que su plan es la única alternativa viable y tiene la intención de permanecer en el 10 de Downing Street los próximos años. "Hay que llevar a cabo un trabajo a largo plazo", subrayó en The Sunday Times este domingo.
Dadas estas divisiones, el congreso debería ser escenario de un sutil juego de influencias entre las grandes figuras del partido, considera Robin Pettitt, profesor de la Universidad Kingston de Londres.
"Por ahora, nadie quiere remplazar a Theresa May, para no tener que gestionar el Brexit", explica. "Pero habrá muchas maniobras, cada uno intentará posicionarse como futuro líder".
Ante la amenaza que representa el opositor Partido Laborista, que en su congreso de esta semana en Liverpool propuso un programa económico de izquierda radical para ayudar a la clase trabajadora, algunos diputados conservadores llaman a los Tories a movilizarse más bien sobre los problemas reales de la sociedad británica.

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