domingo, 16 de septiembre de 2018

Merkel y Kurz buscan el difícil acercamiento en una UE dividida en el tema migratorio

BERLÍN.- La canciller alemana, Angela Merkel, y su homólogo austríaco, Sebastian Kurz, se reunieron hoy en Berlín en un intento por buscar líneas comunes dentro de una Unión Europea (UE) cada vez más dividida en lo que concierne a la política migratoria, tema prioritario en las agendas políticas de Berlín y Viena.

"Coincidimos en la necesidad de reforzar las fronteras exteriores", apuntó la líder alemana, en una breve comparecencia con Kurz ante los medios, sin turno de preguntas y previa a la reunión de trabajo entre los dos cancilleres.
La próxima cita entre los 28, el miércoles y jueves de la semana entrante, ofrecerá una "oportunidad de intercambio" idónea para buscar un "acercamiento de posturas", destacó por su parte Kurz, para recordar que al tratarse de una cumbre informal no existe la presión de tener que adoptar resoluciones.
Tanto Kurz como Merkel aludieron al discurso del pasado miércoles en Estrasburgo del presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, y a su apuesta por proteger las fronteras externas comunitarias y de impulsar vías de acceso a una inmigración legal y cualificada.
"Hay coincidencia en la necesidad de reforzar Frontex", afirmó el canciller austríaco, en relación a la propuesta para dotar a la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas de 10.000 efectivos más para 2020 y de acelerar los retornos de los inmigrantes sin perspectivas de poder permanecer en territorio europeo.
La inmigración y las negociaciones con Londres para el "brexit" -salida del Reino Unido del bloque- son los temas prioritarios de la cumbre informal de Salzburgo, a la que Merkel y Kurz acuden como defensores de posturas y formas de gobernar distintas, especialmente en lo que a la migración y el derecho al asilo se refiere.
El canciller de Austria, país que ejerce la presidencia de turno de la UE, se ha alineado con la línea restrictiva representada por otros países en que, como en el suyo, las formaciones ultraconservadoras o ultraderechistas apuntalan la coalición de Gobierno.
Merkel, al frente de una coalición entre su bloque conservador y los socialdemócratas, hace equilibrios entre las medidas destinadas a reducir la llegada de refugiados y los preceptos inherentes al derecho de asilo.
La visita de Kurz a Berlín se enmarca en la ronda de contactos del canciller con otros líderes de la UE, preparatoria para Salzburgo, mientras resuena aún el eco de la confrontación verbal de esta semana pasada en Viena entre el titular de Exteriores de Luxemburgo, el socialdemócrata Jean Asselborn, y el del Interior italiano, el ultranacionalista Matteo Salvini.
Merkel insistió ante su colega austríaco en su voluntad de impulsar las relaciones con los países africanos y aludió a la necesidad de "repartirse las tareas" en ese cometido, ya que "no todos podemos hablar con todos".
La canciller ha agilizado en los últimos meses sus contactos bilaterales con líderes de países africanos -sean de tránsito o de origen para la migración ilegal- en busca de soluciones a la cuestión migratoria.
Mañana lunes la canciller viajará a Argelia para una visita de trabajo que sigue a las realizadas hace unas semanas a Senegal, Ghana y Nigeria, todas ellas con la inmigración como eje central.
También en las últimas semanas, Berlín ha cerrado acuerdos con España y con Grecia para la devolución de inmigrantes interceptados en la frontera con Austria que previamente habían solicitado asilo a las autoridades españolas o griegas.
Son acuerdos que, a la práctica, afectan un número muy reducido de refugiados, pero que han servido a la canciller para calmar las aguas con los conservadores bávaros del ministro de Interior, Horst Seehofer, que exige restricciones al asilo en Alemania.
Un tercer acuerdo en términos parecidos con Italia está aún en suspenso, ya que mientras Berlín lo da por "técnicamente sellado", el italiano Salvini cuestiona que vaya a estampar su firma en él.
El cómputo de solicitudes de asilo a Alemania ha caído progresivamente respecto a 2015, año en que ese país recibió alrededor de un millón de refugiados, mientras que ahora registra unos 15.000 nuevos solicitantes al mes.
Sin embargo, las presiones de sus aliados de Baviera siguen en pie, acentuadas ahora por las elecciones regionales en ese próspero "Land", el próximo octubre, donde los conservadores de Seehofer perderán según los sondeos la mayoría absoluta, lo que ha desatado el nerviosismo de esa formación del bloque conservador de Merkel.

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