MOSCÚ/PEKÍN.- Rusia y China mostraron
su indignación este viernes ante las nuevas sanciones anunciadas por
Washington contra los dos países, atizando la tensión en un contexto de
guerra comercial.
El Departamento de Estado anunció el jueves en
la noche la imposición de sanciones financieras al Departamento de
Desarrollo de Equipos del Ministerio de Defensa de China. Es la primera
vez que un gobierno extranjero es sancionado por Washington por comprar a
Rusia material de defensa, en este caso aviones caza y misiles
tierra-aire.
Las sanciones fueron recibidas con cólera por China, donde
el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Geng Shuang,
expresó este viernes su "gran indignación" y exhortó a Estados Unidos a
retirarlas, asegurando que, si no lo hace, deberá "pagar las
consecuencias".
"Este gesto de Estados Unidos viola gravemente los
principios fundamentales de las relaciones internacionales y perjudica
seriamente las relaciones entre los dos países y sus fuerzas armadas",
declaró en rueda de prensa Geng Shuang, quien calificó los hechos de
"error" e indicó que Pekín protestó por ello ante Washington.
Al
mismo tiempo, Rusia, cuyas relaciones con Washington están en su peor
momento debido a una gran crisis diplomática, acusó a Washington de
amenazar "la estabilidad mundial" y de querer eliminar a su sector
armamentístico del mercado internacional.
"Hay que recordar la
noción de estabilidad mundial, que [Estados Unidos] hace tambalear de
forma irreflexiva", declaró el viceministro de Relaciones Exteriores
ruso Serguéi Riabkov en un comunicado en el que añade que "jugar con
fuego es estúpido ya que puede ser peligroso".
"Es competencia
desleal, un intento de excluir del mercado a un competidor de los
productores estadounidenses con métodos que violan los principios del
comercio internacional", dijo por su parte el portavoz del Kremlin,
Dmitri Peskov.
El Departamento de
Desarrollo de Equipos, una unidad clave del Ministerio de Defensa de
China, y su director, Li Shangfu, fueron sancionados por la compra de
cazas Sukhoi Su-35 y equipos relacionados con el sistema de defensa
antiaéreo ruso S-400.
Geng Shuang justificó las compras,
recordando que Rusia es "un socio de cooperación estratégico" de Pekín y
que esta cooperación busca defender "los intereses legítimos de los dos
países, así como la paz y la estabilidad regionales".
En el caso
de Rusia, Estados Unidos añadió a su lista negra a otras 33 personas y
entidades (como empresas y agencias) de los sectores militar y de
inteligencia.
Entre los nuevos inscritos se encuentra Igor
Korobov, presidente del GRU, el servicio de inteligencia militar ruso,
del que se ha hablado recientemente por el caso Skripal, el exespía ruso
envenenado en Inglaterra en marzo, un hecho por el que Reino Unido
acusa a dos agentes de GRU.
La organización paramilitar Wagner,
activa en Ucrania y en Siria, y su financista Evgueni Prigojin, un
hombre de negocios cercano al presidente Vladimir Putin, también figuran
entre los sancionados, así como la fábrica de aviación de Komsomolsk
del Amur, productora de los aviones Sukhoi.
Esta nueva lista le
valió a Washington las burlas de Serguéi Riabkov, según quien en Estados
Unidos hay "un placer nacional por tomar medidas antirrusas" y calcula
que se trata de la sexagésima ronda de sanciones contra Rusia desde
2011.
A ojos de Washington,
estas sanciones son "una etapa importante" para castigar las
"actividades malévolas" de Rusia, como la injerencia en las elecciones
estadounidenses, la anexión de Crimea y su actitud en Ucrania, según el
responsable estadounidense que las anunció.
Las sanciones son
también un advertencia para otros países, como Turquía, aliada de
Estados Unidos pero que también adquiere misiles S-400.
Y la elección de China no parece baladí, en un momento en
el que la administración de Donald Trump endurece el tono con Pekín a
través del aumento de los aranceles estadounidenses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario