TOKIO.- Un potente tifón arrasó
este sábado la isla de Okinawa, en el suroeste de Japón, dejando al
menos 17 heridos, antes de dirigirse este fin de semana a otras regiones
del archipiélago.
El tifón Trami, con vientos de hasta 216 km/h,
alcanzará probablemente la isla principal de Honshu a primera hora del
domingo, y se espera que el mal tiempo siga hasta el lunes en numerosas
regiones.
En imágenes de las televisiones locales, se veían ramas de
árboles caídas que bloqueaban una calle de la ciudad de Naha y grandes
olas rompiendo contra diques, mientras la lluvia se abatía de forma casi
horizontal.
Los policías intentaban retirar las ramas, pese a los
violentos vientos, que consiguieron volcar un camión, y destrozar los
cristales de las ventanas de un banco.
Unos 700 habitantes
tuvieron que buscar refugio en albergues, y más de 200.000 hogares se
quedaron sin electricidad, indicó la televisión pública NHK.
Al menos 386 vuelos
fueron anulados, principalmente en el oeste de Japón. Por su parte, los
ferrocarriles japoneses anunciaron la suspensión de todos sus trayectos
en la región de Osaka, y ello hasta el domingo a mediodía.
Diecisiete
personas resultaron ligeramente heridas en accidentes vinculados con el
paso del tifón en Okinawa, y varias casas resultaron dañadas, pero no
hubo muertos, según declararon responsables locales.
"El balance podría
agravarse, ya que estamos en la mitad del recuento" declaró Masatsune
Miyazato, un responsable de la oficina de gestión de desastres.
"La
gente de Okinawa está acostumbrada a los tifones, pero les aconsejamos
que permanezcan vigilantes", agregó.
Según
las previsiones, Trami, el 24º tifón del año en Asia, se dirigirá hacia
Kyushu y Honshu, atravesando por tanto Japón desde el suroeste hasta el
noreste.
El anterior tifón, Jebi, mató a más de 10 personas a
primeros de septiembre en el oeste del archipiélago, y provocó daños
materiales.
Además, paralizó el
aeropuerto de Osaka (Kansai International Airport), construido en una
isla artificial, pues sus pistas fueron invadidas por las aguas.
Dos
meses antes, unas lluvias torrenciales provocaron inundaciones sin
precedentes y varios corrimientos de tierra, en los que murieron 220
personas.
Más del 70% del territorio de Japón está formado por
montañas y colinas y muchas viviendas están construidas en abruptas
pendientes o en planicies inundables, es decir, zonas de riesgo.
A eso se suma que muchas casas japonesas son de madera, especialmente las viviendas tradicionales en las zonas rurales.
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