BOGOTÁ.- Colombia, el mayor
productor mundial de cocaína, endureció su política interna contra las
drogas mediante un decreto que permitirá a la policía decomisar hasta la
dosis mínima de marihuana cuyo consumo está despenalizado desde 1994.
El
presidente Iván Duque firmó la medida aduciendo un "alarmante
incremento" del consumo de estupefacientes en Colombia, aunque expertos
como la organización DeJusticia cuestionan la orden por cuanto la
consideran un retroceso en la búsqueda de nuevos enfoques para tratar el
fenómeno de la producción y uso de drogas.
Básicamente, Duque dotó de "herramientas" a la policía
para que confisque cualquier cantidad de alucinógenos que encuentre en
el espacio público, incluida la dosis mínima.
"Estamos firmando un
decreto que le da las herramientas a la fuerza pública, a la policía,
para destruir la droga en las calles de nuestras ciudades; destruir
cualquier dosis, por supuesto", dijo el mandatario al expedir la orden
en la sede de gobierno.
En adelante la fuerza pública podrá
incautar cuanta sustancia alucinógena intercepte, y "aquellos a quienes
les sea confiscada una cantidad igual o menor a la dosis mínima" deberán
demostrar "debidamente" su condición de adictos, para que les sea
devuelta la droga, según anticipó el gobierno en un comunicado.
No
obstante, en este último caso no está previsto el arresto aunque sí la
imposición de multas. Las normas colombianas permiten el uso personal de
hasta 20 gramos de marihuana o uno de cocaína.
Tras casi cuatro
décadas de combate frontal al narcotráfico con el apoyo y vigilancia de
Estados Unidos, Colombia aún es el mayor proveedor de cocaína en el
mundo.
El nuevo decreto se
enmarca en un endurecimiento de la política represiva contra el tráfico
de drogas ante el aumento de los narcocultivos y producción de cocaína,
que alcanzaron cifras récord en 2017, según Naciones Unidas.
Si
bien la mayoría de la droga que se produce en Colombia es exportada a
Europa y Estados Unidos - el principal consumidor -, las autoridades
han denunciado un mayor tráfico interno al menudeo.
DeJusticia y el Colectivo de Estudios Drogas y Derecho
(CEDD), que reúne a investigadores de 11 países de la región, han
advertido sobre el impacto negativo de la medida expedida por Duque.
"Es
ineficaz y costosa, no contribuye a avanzar a la solución del problema
de las drogas y, por el contrario, promueve la discriminación y
estigmatización de las personas que las usan", señalaron en una carta
enviada al gobierno.
Además - añaden los expertos - esta nueva
política tiene una "falla grave" al no "diferenciar el consumo
problemático, del consumo ocasional o recreativo".
Sin embargo,
Duque insistió en que el decreto está orientado a combatir el incremento
del uso interno de alucinógenos, aunque no reveló cifras.
"Como
colombianos no nos podemos sentir ni cómodos, ni muchos menos
complacientes, ni mucho menos tolerantes, con una situación del aumento
de consumos en las ciudades", añadió.
El llamado microtráfico de
drogas ha robustecido a organizaciones criminales, que según el gobierno
están induciendo al consumo de escolares a temprana edad.
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