miércoles, 31 de octubre de 2018

El peso de la fiscalidad sube mucho en África pero sigue lejos de la OCDE

PARÍS.- El peso de la fiscalidad en África ha crecido con fuerza desde comienzos de siglo, a un ritmo superior al constatado en Latinoamérica, pero sigue siendo relativamente muy bajo, apenas poco más de la mitad de la media en la OCDE.

Estas son algunas de las conclusiones del estudio sobre las tendencias de los ingresos fiscales en 21 países africanos entre 2000 y 2016 publicado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la Comisión de la Unión Africana (CUA) y el Foro sobre la Administración Fiscal Africana (ATAF).
Los impuestos pasaron de representar de media allí un 13,1 % del Producto Interior Bruto (PIB) en 2000 al 18,2 % en 2016, y eso gracias a condiciones macroeconómicas favorables, pero también a evoluciones en la orientación de la política fiscal y el refuerzo de las administraciones recaudatorias.
En ese mismo periodo, el peso de la fiscalidad aumentó a una cadencia ligeramente inferior en Latinoamérica y el Caribe (4,7 puntos porcentuales, frente a 5,1) pero hasta un nivel superior, del 22,7 % del PIB en 2016.
En la OCDE, por su parte, el ascenso en esos 16 años se limitó a cuatro décimas, hasta el 34,3 % del PIB.
Los autores del estudio señalan que en 2016 el peso de la fiscalidad se estancó en África, una evolución que asocian a la ralentización económica: el crecimiento pasó del 3,6 % en 2015 al 2,2 % un año después en un contexto marcado por el descenso del precio de las materias primas, de cuyas exportaciones dependen muchos de esos países.
La situación en los 21 estados africanos varió sustancialmente en 2016, desde un mínimo del 7,6 % del PIB en la República Democrática del Congo al 29,4 % en Túnez, que superó el 20 % junto a otros cinco (Sudáfrica, Marruecos, Mauricio, Senegal y Togo).
Un 54,6 % del total de los ingresos fiscales procedía de impuestos sobre los bienes y servicios, y así el IVA por sí solo representó un 29,3 %. Los impuestos sobre la renta y los beneficios de las empresas constituyeron por su parte poco más de un tercio (34,3 %).
Esa estructura es similar a la que se observaba de media en Latinoamérica y el Caribe, una región con la que se distingue en las cotizaciones sociales.
De hecho, las cotizaciones sociales son el doble de elevadas en Latinoamérica y en el Caribe que en África, y ahí está el grueso de las diferencias.

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