PARÍS.- El peso de la fiscalidad en África
ha crecido con fuerza desde comienzos de siglo, a un ritmo superior al
constatado en Latinoamérica, pero sigue siendo relativamente muy bajo,
apenas poco más de la mitad de la media en la OCDE.
Estas son algunas de las conclusiones del estudio sobre las tendencias
de los ingresos fiscales en 21 países africanos entre 2000 y 2016
publicado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE), la Comisión de la Unión Africana (CUA) y el Foro sobre
la Administración Fiscal Africana (ATAF).
Los impuestos pasaron de representar de media allí un
13,1 % del Producto Interior Bruto (PIB) en 2000 al 18,2 % en 2016, y
eso gracias a condiciones macroeconómicas favorables, pero también a
evoluciones en la orientación de la política fiscal y el refuerzo de las
administraciones recaudatorias.
En ese mismo
periodo, el peso de la fiscalidad aumentó a una cadencia ligeramente
inferior en Latinoamérica y el Caribe (4,7 puntos porcentuales, frente a
5,1) pero hasta un nivel superior, del 22,7 % del PIB en 2016.
En la OCDE, por su parte, el ascenso en esos 16 años se limitó a cuatro décimas, hasta el 34,3 % del PIB.
Los autores del estudio señalan que en 2016 el peso de la fiscalidad se
estancó en África, una evolución que asocian a la ralentización
económica: el crecimiento pasó del 3,6 % en 2015 al 2,2 % un año después
en un contexto marcado por el descenso del precio de las materias
primas, de cuyas exportaciones dependen muchos de esos países.
La situación en los 21 estados africanos varió sustancialmente en 2016,
desde un mínimo del 7,6 % del PIB en la República Democrática del Congo
al 29,4 % en Túnez, que superó el 20 % junto a otros cinco (Sudáfrica,
Marruecos, Mauricio, Senegal y Togo).
Un 54,6 % del
total de los ingresos fiscales procedía de impuestos sobre los bienes y
servicios, y así el IVA por sí solo representó un 29,3 %. Los impuestos
sobre la renta y los beneficios de las empresas constituyeron por su
parte poco más de un tercio (34,3 %).
Esa estructura
es similar a la que se observaba de media en Latinoamérica y el Caribe,
una región con la que se distingue en las cotizaciones sociales.
De hecho, las cotizaciones sociales son el doble de elevadas en
Latinoamérica y en el Caribe que en África, y ahí está el grueso de las
diferencias.
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