lunes, 29 de octubre de 2018

Brasil, una oportunidad económica / Primo González *

Brasil se dispone a dar un giro a la derecha, incluso a la derecha más radical, que en lo económico tendrá posiblemente grandes repercusiones. Brasil es la mayor potencia económica de Latinoamérica, cerca de 2 billones de dólares de PIB, lo que equivale a una décima parte de Estados Unidos y casi el doble que el tamaño de la economía española. 

Supera ampliamente a la segunda potencia económica de la zona, México. Las dos suman alrededor del 65% del PIB de toda Latinoamérica. Se trata, por lo tanto, de un protagonista relevante  de la economía mundial. Según el Fondo Monetario Internacional ocupa la  novena plaza del mundo, justo por detrás, a muy poca distancia, de Italia y por delante de Canadá, Corea del Sur, Rusia, España y México.

Pero desde la óptica española, Brasil es un país de importancia decisiva para nuestra economía.  Los movimientos que se produzcan en este país tienen, por lo tanto, una enorme trascendencia para la economía española, ya que hay empresas con sede en España que tienen más actividad en Brasil que en nuestro país, caso de Telefónica, el Santander y algunas otras multinacionales relevantes. La mitad de las empresas del Ibex 35 tiene intereses muy considerables en la nación latinoamericana, tanto  en lo que se refiere a los ingresos como a las inversiones o a la generación de beneficios.

El giro conservador de este país se traducirá posiblemente en una política económica más en sintonía con la de los países conservadores y liberales, aunque quizás con un grado adicional de  radicalismo.  La cabeza pensante  en lo económico del nuevo presidente es un destacado alumno de la denominada Escuela de Chicago, Paulo Guedes, decidido partidario de las privatizaciones, de la reforma del sistema de pensiones, de los recortes fiscales en la renta y de la profundización en el techo de gasto público, que ya fue adoptado por el Gobierno saliente hace dos años en una polémica reforma con rango constitucional que el nuevo presidente podría  aplicar aún con mayor dureza.

El nombre de Guedes y sus decisiones económicas van a ser, por lo tanto, asunto con el que la economía española tendrá que familiarizarse en los próximos meses ya que la importante oleada de privatizaciones que  parece tener preparado el nuevo equipo económico gobernante, que tomará las riendas del poder a  partir de enero, puede ser una buena oportunidad  para muchas empresas españolas.

España ya es el segundo inversor europeo en Brasil y el tercero del mundo y este peso puede aumentar en los próximos años, ya que algunas de las empresas españolas con fuerte presencia en el país  actúan en sectores estratégicos en los que Brasil posiblemente afronte sus mayores operaciones de venta de participaciones estatales al sector privado con objeto de obtener recursos con los que afrontar algunos de sus nuevos planes económicos. 

Brasil ya es una de las economías con mayores tasas de crecimiento en el mundo desarrollado y entre los países convergentes.  La preocupación  que está afectando a la clase dirigente de este país  desde hace ya algún tiempo es la pérdida de  peso que puede sufrir Brasil en  la economía global ante las economías asiáticas, mucho más agresivas en su crecimiento y en sus formas de actuación.

Brasil aspira a lograr tasas de crecimiento similares a las de las economías asiáticas más expansivas y para ello considera que su modelo económico debe experimentar un cambio significativo, por la vía de la desregulación y de la aplicación de modelos de crecimiento más similares a los de las economías asiáticas rivales. Y ese es el camino que previsiblemente va a transitar este país bajo el nuevo Gobierno, una senda en la que quizás puedan participar muchas empresas españolas.


(*) Periodista y economista español


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