SAO PAULO.- Los inversores se sienten alentados por la posibilidad de que el
candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro llegue al poder en Brasil
debido a sus promesas de privatización, poco claras hasta ahora pero más
apreciadas que el status quo ofrecido por su rival de izquierda
Fernando Haddad.
La Bolsa de Sao Paulo se disparó cuando Bolsonaro
grabó con holgada ventaja la primera vuelta, pero devolvió muchas de
sus ganancias cuando dio archa atrás en los proyectos de cesión de
activos del Estado en una economía que sale a duras penas de dos años de recesión (2015-2016).
El respaldo de los mercados se debe en gran medida al
anuncio de que Bolsonaro designaría como ministro de Hacienda a su
asesor Paulo Guedes, un economista liberal formado en la Universidad de
Chicago, que ha propuesto una reestructuración para acabar con las
tradiciones proteccionistas de Brasil.
Pero Guedes ha contemplado
medidas que van mucho más allá de lo que Bolsonaro –un veterano político
que apoyó durante mucho tiempo el modelo estatista- está dispuesto a
vender.
Bolsonaro precisó la semana pasada que, de ser electo,
solo permitirá privatizar actividades periféricas de Petrobras o de
Eletrobras, descartó la participación de grupos extranjeros en la
generación de energía y puso reparos a que China siga "comprando
Brasil".
Las acciones de Eletrobras, que genera alrededor de un
tercio de la electricidad en Brasil, llegaron a desplomarse casi un 14%
durante el día siguiente, para cerrar con una baja de 8%.
- Giro económico –
"El giro de Bolsonaro sobre las privatizaciones probablemente refleja
su falta de conocimiento y de una posición clara sobre la política
energética y su sesgo populista", dijo la analista Lisa Viscidi, de la
consultora centrada en las Américas The Dialogue, con sede en
Washington.
Viscidi considera sin embargo que "Bolsonaro
continuará con una política general de apertura de los sectores del
petróleo y la energía".
Eso lo convierte en el preferido de los mercados frente a Haddad, del
Partido de los Trabajadores (PT), que quiere frenar las privatizaciones
y acrecentar el papel del Estado en la endeudada Petrobras.
Los
inversionistas se están tomando "en serio" el guiño al mercado de
Bolsonaro, dijo Roberta Braga, otra analista estadounidense, del
Atlantic Center.
La política de Guedes "significaría un cambio
significativo, hasta impactante para Brasil", afirmó Braga. Pero incluso
si ese plan no se cumpliera en su totalidad, "es probable que veamos un
conjunto moderado de políticas promercado", agregó.
En contraste,
"el programa económico aún vago y poco claro de Haddad preocupa a los
inversores, que temen que Brasil dé marcha atrás en la ruta de la
competitividad" y que busque retomar la política contraria a las
privatizaciones de su mentor, el hoy encarcelado expresidente Luiz
Inácio Lula da Silva.
Brasil, la mayor economía de América Latina,
ocupa el puesto 153 de 180 países en el Índice de Libertad Económica
elaborado por The Heritage Foundation, un think tank conservador
estadounidense.
El informe de Competitividad Global del Foro
Económico Mundial de este año clasificó al país en la posición 72, de
una lista de 137, por debajo de Sudáfrica y Turquía.
- Amplia ventaja en los sondeos –
Bolsonaro
–un excapitán del Ejército y un veterano congresista admirador de la
dictadura militar (1964-1985)- obtuvo un 46% de los votos en la primera
vuelta electoral del 7 de octubre, frente a 29% para Haddad.
En
las encuestas para la segunda vuelta del 28, le saca también una amplia
ventaja de 18 puntos a su adversario de izquierda (59% a 41%).
En
sus casi tres décadas en el Congreso, Bolsonaro se opuso a los intentos
de privatizar las empresas estatales. Recientemente admitió que no sabía
casi nada de economía y eligió a Guedes para que elaborara políticas
para sanear las cuentas públicas.
Parte del plan es extender las
privatizaciones iniciadas bajo el gobierno del impopular presidente
Michel Temer, frenadas por resistencias políticas y por los escándalos
de corrupción que pusieron en peligro su mandato.
Sin embargo,
Bolsonaro ha dicho que "lo que es estratégico no puede ser privatizado",
incluyendo en esa categoría a los bancos estatales. Para otras empresas
ha sugerido una solución con "golden shares", las acciones que le
permiten al Estado tener poder de decisión sobre las orientaciones
estratégicas de un grupo, incluso con una participación minoritaria.
"Los
inversionistas van a estar mirando de cerca. Lo que es seguro es que
con Bolsonaro Brasil no va a volver a la política nacionalista de Lula
sobre los recursos naturales, que seguramente Haddad retomaría", dijo
Viscidi.
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