BUENOS AIRES.-
Una caída del 50% de la moneda de un país, la peor de los mercados
emergentes este año, conlleva mucho dolor. Sino preguntemos a Argentina.
Sin
embargo, la segunda mayor economía de Sudamérica vivió la otra cara de
la moneda el mes pasado, ya que registró su primer superávit comercial
desde diciembre de 2016, según cifras oficiales publicadas el martes.
No obstante, detrás de este resultado positivo se reflejan también tendencias negativas.
Las
importaciones cayeron un 21,2% en septiembre en comparación con el año
anterior, mientras que las exportaciones bajaron un 4,8% durante el
mismo período.
Tal vez un verdadero elemento positivo: si bien
representó solo una pequeña parte de los despachos totales, las
exportaciones de energía del país tuvieron un auge en septiembre, con un
aumento del 122% respecto al año pasado.
Si la tendencia continúa en
los próximos meses, un superávit comercial ayudaría en teoría a aliviar
la presión que enfrenta el déficit fiscal argentino, preocupación clave
para los inversores este año.
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